Brad Pitt acaba de vender por 39 millones de dólares una casa que perteneció a Mark Hamill y cuyas paredes no guardan ya ningún secreto. Al menos bueno.
Luego vendrá Los tres mosqueteros: Milady, en un esfuerzo por sacar el máximo partido a la novela de Dumas. El problema es que esta película no tiene alma.
En la película de animación, actualmente en los cines, Peach no es más la damisela en peligro, sino de un personaje autónomo que también podría tener futuro en los videojuegos de Nintendo.