El capítulo 4 de ‘The Last of Us’ nos deja muchas preguntas, pero si por algo vamos a estar nerviosos toda la semana es por ese temblor, y los fans del videojuego ya se imaginan lo que es.
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Por Rafael Sánchez Casademont Joel y Ellie nunca tienen un respiro en The Last Of Us. En el capítulo 3 la adaptación del videojuego de Naughty Dog vino a recordar a los telespectadores que nunca fue solamente una aventura de acción y zombies si no una búsqueda de los límites de la resistencia humana a la barbarie. Incluso en el apocalipsis del cordiceps, el amor gana de vez en cuando. Pero la aventura ha de seguir, y los fans del videojuego habrán respirado tranquilos al ver como la adaptación vuelve a parecerse más al juego que todos conocemos.
A nadie se le olvida esa emboscada en Pittsburgh. En ella no solo vemos a Joel por primera vez en acción matando humanos, también a Ellie salvándole la vida. Pero lo que más nos debe de preocupar es cómo Joel conoce esas tácticas de emboscada por haberlas vivido desde ambos lados. El gran secreto de The Last of Us para llegar al espectador con sus personajes es precisamente ese, ni los malos son malos ni los buenos son buenos. El ser humano hace lo que puede por sobrevivir, y todos tienen sus razones o su pasado. En esa misma línea se encuentra la inclusión del personaje de Kathleen (Melanie Lynskey). Aunque en el videojuego nunca veíamos la contraparte de lo que había detrás de los cazadores que dominan la ciudad, en la serie conocemos la historia de su líder. Kathleen comanda al grupo armado que ha liberado la ciudad de FEDRA con mano de hierro, y muchas ejecuciones. Y está empeñada en dar caza a Henry y Sam por algo que tuvo que ver con su hermano. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo importante es que está tan centrada en su venganza que deja para después algo que no debería ignorar. Sí, hablamos de eso, lo que sea, que mueve el suelo. "¿Deberíamos decírselo a los otros?” “No, todavía no” dice Kathleen.
Lo cierto es que no hace falta predecir el futuro para saberlo. Cualquier fan de los videojuegos ya se imagina lo que va a aparecer. La respuesta es obvia, y no nos referimos a que bajo el suelo hay infectados. Hasta ahí llegamos todos. De hecho, el tráiler de la serie nos lo adelantó ya en su última escena, en el minuto dos del mismo. Para los que no conocen el juego quizás debamos recordarles nuestro artículo en el que hablábamos de la diferencia entre los infectados normales y los chasqueadores. Pero por entonces nos guardamos que todavía hay un estado más (dejando el segundo juego aparte por ahora) en el que podemos encontrar a los infectados. Se trata del hinchado (o Gordinflón en latinoamérica) y es el enemigo más duro con el que nos encontramos, hasta cinco veces, en el primer juego. Si hay algo de los que se han quejado los fans del capítulo 3 es de perder su apartado de acción. Precisamente era en esta fase de Bill, en el gimnasio de un instituto, dónde nos encontrábamos con el primer hinchado. La serie, que debe limitar estos golpes de efecto para mantener la credibilidad de sus personajes y el impacto de las apariciones intactas, se lo reserva. Un hinchado es la última fase a la que puede llegar un infectado si logra aguantar mucho tiempo vivo. Como en el caso de los chasqueadores son ciegos, pero el hongo ha crecido tanto que ha inflado su cuerpo, creando un infectado corpulento realmente difícil de parar y, sobre todo, de matar. Veremos que tal les va a Joel, Ellie y compañía cuando ese suelo se abra...
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