Correr bajo la lluvia tiene algo liberador. No solo te limpia el cuerpo, también la mente. Pero una cosa es disfrutar del agua cayendo mientras entrenas, y otra muy distinta es terminar empapado, tiritando o lesionado por una imprudencia. Con estos 10 consejos prácticos, podrás mantener tu ritmo, tu seguridad y tu estilo incluso cuando el clima no coopera.
Correr bajo la lluvia no es una locura, es una forma distinta de entrenar la mente y el cuerpo. El agua pone a prueba tu concentración, tu técnica y tu resistencia mental. Solo necesitas respeto por las condiciones, un poco de preparación y la actitud correcta.
1. Evita los temporales (y los rayos, obviamente)
Correr bajo la lluvia puede ser revitalizante, pero si hay truenos, relámpagos o viento muy fuerte, no hay récord personal que valga el riesgo. Las tormentas eléctricas o el granizo pueden convertir un entrenamiento épico en una visita al hospital. Espera a que baje la intensidad o cámbialo por un entrenamiento indoor.
2. Usa una gorra con visera
Una gorra es tu mejor aliada cuando el agua te cae en la cara y no ves ni por dónde pisas. La visera te ayuda a mantener la vista despejada y evita que las gotas te distraigan. Si usas lentes, también te salvará de estar limpiándolos cada dos minutos.
3. Menos ropa, mejor rendimiento
Uno de los errores más comunes es salir con mil capas “para no mojarse”. Lo que no sabías es que te vas a mojar igual. Mejor elige ropa ligera, transpirable y de secado rápido. Cuanta más tela lleves, más peso acumularás al empaparte, y eso puede arruinar tu ritmo.
4. Cuida la temperatura corporal
Aunque el agua refresque, la temperatura puede caer de golpe. Si hace frío o estás en una zona alta, usa una capa impermeable ligera y transpirable. Evita el algodón a toda costa (incluidos los calcetines): retiene el agua y puede enfriar tu cuerpo más rápido de lo que imaginas.
5. Usa tenis con buen agarre
No todos los pares sirven para correr bajo la lluvia. Elige los que tengan una suela con tracción firme para evitar resbalones. Si tus tenis están muy nuevos o ya gastados, el riesgo aumenta. Si se mojan por dentro, no uses modelos “impermeables” que atrapen el agua: harán que corras con los pies empapados todo el trayecto.
6. Dile adiós a las rozaduras
La fricción con la ropa mojada puede volverse una tortura. Antes de salir, aplica un poco de vaselina o crema antifricción en los puntos clave: pezones, axilas, entrepierna y pies. Te ahorrarás ampollas y heridas molestas que tardan días en sanar.
7. Protege tus dispositivos electrónicos
Aunque muchos relojes y audífonos resisten algo de agua, no todos son totalmente impermeables. Usa fundas selladas si llevas tu celular o, mejor aún, deja la tecnología en casa y corre con la música de fondo de la lluvia. Es una oportunidad perfecta para desconectarte (literalmente).
8. Evita los charcos
Pisar un charco puede parecer insignificante, pero puede esconder baches, piedras o desniveles. Además, correr con los pies completamente empapados cambia la forma en que pisas y puede causarte torceduras o ampollas. Si puedes esquivarlos, hazlo; si no, pisa con cuidado.
9. Cámbiate en cuanto termines
Aunque sientas calor por el esfuerzo, tu temperatura corporal puede bajar en minutos. Cámbiate la ropa mojada por prendas secas lo antes posible para evitar resfriarte o, peor, una hipotermia leve. Una ducha caliente después del entrenamiento te recompone y también ayuda a relajar los músculos.
10. Cuida tus tenis después del entrenamiento
No los metas a la lavadora ni los seques con calor directo. Límpialos con agua, quita los restos de lodo y rellénalos con papel periódico para que absorba la humedad. Así conservarás la forma y la durabilidad del calzado.