Hay algo sagrado en el primer sorbo de café del día.
El mundo aún está en silencio, pero tú estás ahí, con las manos rodeando una taza humeante, sintiendo cómo el aroma sube hasta tocar la memoria. No es solo cafeína lo que despierta: es un acto de consuelo, un reencuentro diario contigo mismo.
Para muchos, el café es más que una bebida: es refugio, compañía, impulso, pausa. Una conversación silenciosa entre el cuerpo y el alma. Pero también, como todo lo que se ama profundamente, ha sido malentendido. A lo largo de los años se han creado mitos que ensombrecen su verdadera esencia, historias repetidas sin evidencia, creencias que restan belleza a una de las experiencias más humanas que existen: preparar y disfrutar una buena taza.
Por eso, hoy desmentimos algunos de esos mitos.
MITO 1: “El tueste oscuro tiene más cafeína que el claro”
Falso. Y no por poco.
Es normal pensar que, como el tueste oscuro tiene un sabor más fuerte, también debería tener más cafeína. Pero no es así. La cafeína no se intensifica con el calor; de hecho, se degrada ligeramente durante el proceso.
Un estudio publicado en Nature (2017) comparó cafés de tueste medio y oscuro, todos de la variedad Arábica cultivados en Hawái. ¿El resultado? El tueste medio tenía una concentración de cafeína ligeramente mayor que el oscuro. En resumen: el sabor más intenso del tueste oscuro no significa un golpe mayor de energía.
MITO 2: “El café impide que los niños crezcan”
Otra leyenda urbana sin evidencia científica. No hay un solo estudio que relacione el café con un retraso en el crecimiento. Lo aclaró el Dr. Roy Kim, pediatra de la Clínica Cleveland: la cafeína no afecta el desarrollo infantil. Eso sí, puede tener efectos negativos si se consume en exceso a edades tempranas: ansiedad, insomnio, mal humor… ya sabes, como un adulto con mal lunes y sin café.
Pero crecer, crecen igual.
MITO 3: “El café deshidrata”
No, no te seca como una pasa. Sí, la cafeína es un diurético suave. Pero el café es sobre todo agua, y su efecto deshidratante es tan leve que el cuerpo ni lo nota. Un estudio de 2014 en PLoS ONE comprobó que tomar cuatro tazas de café al día hidrata igual que tomar agua.
Así que tranquilo: tu café de la mañana no te está robando agua, te está dando vida (y líquidos).
MITO 4: “El café daña el corazón”
Al contrario: puede ser tu aliado cardiovascular. Aunque una taza de café puede acelerar tu ritmo cardíaco momentáneamente, no hay evidencia que lo relacione con enfermedades del corazón. De hecho, un estudio de la Sociedad Europea de Cardiología (2022) reveló que tomar entre 2 y 3 tazas al día reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y de mortalidad. Sí, incluso el descafeinado tuvo beneficios.
El café no es el villano que muchos creían. No detiene el crecimiento, no deshidrata, no afecta tu corazón, y no necesitas pedir el tueste más oscuro para sentir más energía. Lo que sí necesita es respeto, buen grano, agua a la temperatura correcta y un ritual que te haga disfrutarlo.