Dejar de correr no siempre es una decisión voluntaria. A veces llega una lesión inoportuna, una gripe, exceso de trabajo, entre otros inconvenientes. Aunque tomarse un descanso puede sonar bien en teoría, para muchos corredores detenerse es difícil, pues es un hábito que alimenta su mente y su cuerpo. Por eso, la gran pregunta que nos carcome cuando nos vemos obligados a frenarnos durante algún tiempo es: ¿cuánto tiempo tarda en irse toda esa condición física que con tanto sudor construimos?
La respuesta es: depende de muchos factores.
Lo primero: cada cuerpo responde distinto
La pérdida de condición física no es igual para todos. Factores como la edad, el tiempo que llevas entrenando, tu nivel actual y hasta la calidad de tu descanso entran en juego. Por ejemplo, un atleta élite notará antes la caída en rendimiento que un corredor aficionado, pero proporcionalmente perderá menos. En cambio, alguien que apenas lleva semanas corriendo podría ver cómo sus avances desaparecen casi por completo si deja de entrenar.
¿Qué pasa con la resistencia?
La resistencia es de lo primero que se resiente. El VO₂ máx (esa medida clave de tu capacidad aeróbica) empieza a caer después de unos días de inactividad. La primera semana, la reducción es mínima, pero a partir de los 12 a 21 días sin correr, un corredor bien entrenado puede perder hasta un 7% de su VO₂ máx. Y si la pausa se alarga a un mes, el bajón ya es considerable.
En estudios con atletas de alto nivel, se observó que tras tres meses sin entrenar, se llega a perder casi la mitad de la capacidad aeróbica. Esto es duro, pero no irreversible.
¿Y la masa muscular?
El músculo también paga factura. Si entrenas fuerza regularmente, notarás más rápido el retroceso. En promedio, después de un mes de inactividad puedes perder entre 1% y 5% de masa muscular, lo que no solo afecta tu fuerza, sino que ralentiza tu metabolismo y aumenta la tendencia a acumular grasa. Básicamente, si te dejas, el cuerpo cambia de “modo máquina” a “modo sofá”.
Hay buenas noticias: todo se recupera
Sí, la condición se pierde, pero no es para siempre. El tiempo de recuperación suele ser el doble del periodo inactivo. Es decir, si dejaste de correr 12 días, te tomará cerca de un mes recuperar tu nivel previo. Si paraste un mes, podrías necesitar dos. La clave está en retomar con inteligencia, sin prisas y escuchando al cuerpo.
Y ojo: descansar también tiene su razón de ser. Si estás enfermo o lesionado, forzarte solo te alejará más de tu meta. Las pausas, aunque frustrantes, son necesarias para que el cuerpo sane y vuelva más fuerte.
Principiantes vs. avanzados: dos historias distintas
Atletas en forma: Suelen mantener mejor lo ganado. Aunque noten la baja rápido, la condición no se esfuma tan drásticamente.
Principiantes: Tienen el escenario más cruel. En un estudio, personas sedentarias que entrenaron dos meses lograron mejoras increíbles en su capacidad aeróbica… pero tras dos meses de inactividad, perdieron todo lo avanzado y regresaron al punto de inicio.
La condición física es como una cuenta bancaria: cuesta trabajo ahorrar (entrenar), pero si dejas de hacerlo, el saldo baja rápido. Lo importante es no caer en el drama. El cuerpo recuerda y puede recuperar su nivel, siempre que vuelvas con paciencia y constancia.