Mirreyes vs Godínez 3: conquistar Las Vegas con estilo mexicano

El director Chava Cartas nos revela los secretos, y los retos, detrás de la tercera parte de una de las sagas más exitosas del cine mexicano.

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¿Qué ocurre cuando juntas a un grupo de godínez y mirreyes y los llevas a Las Vegas? En la tercera entrega, Mirreyes vs Godínez demuestra que las mejores historias no se planean, sino que se construyen paso a paso… y con mucho corazón. Lo que inició como una comedia sobre las diferencias sociales en México se ha convertido en una franquicia que no deja de crecer.
En esta ocasión, la zapatería de los personajes está en peligro, y Genaro y Mich, junto con toda la banda, se embarcan en el viaje más loco de sus vidas para conseguir una firma. Entre risas, enredos, y una ciudad que nunca duerme, el reto será salvar la empresa sin perder de vista lo que realmente importa: el amor y la amistad.
Dirigida por Chava Cartas la película cuenta con un elenco que vuelve a arrancar las carcajadas: Regina Blandón, Daniel Tovar, Diana Bovio, Christián Vázquez, Michelle Rodríguez, Alejandro de Marino, Gloria Stálina y Roberto Aguire.
Para conocer más sobre cómo se logró esta tercera entrega, y si existe la posibilidad de una cuarta parte, platicamos con su director, quien nos reveló los retos, anécdotas y secretos de una de las sagas más exitosas del cine mexicano.

Un sueño que se volvió trilogía

La historia comenzó cuando el productor Francisco González Compeán, tras colaborar con Chava en Atlético San Pancho, años después lo invitó a leer un guion escrito por Carolina Rivera.
“Me pareció que estaba muy ‘noventero’ en cuanto a problemas y conflictos. Aunque yo me identificaba con ellos, sentí que necesitábamos algo más fresco, sobre todo porque el país estaba en un momento social particular, con el discurso separatista entre ‘chairos’ y ‘fifís’. Era buen momento para una película que hablara de estas dos tribus: los mirreyes y los godínez, y mostrar su convivencia y coexistencia en pantalla”, explica Chava en entrevista.
Luego de que María Hinojos se sumó como guionista, la historia fue evolucionando hasta convertirse en un éxito inesperado que llevó a una segunda parte y hasta un especial pandémico: Home Office. Pero ni en los mejores sueños imaginaron que habría una tercera.
“Nosotros, como realizadores y productores, nunca tenemos la fórmula del éxito. Un día antes del estreno no sabes nada, estás a ciegas. Nadie te garantiza que, aunque tengas grandes escritores, actores y todo, será un éxito. Incluso en Hollywood, con presupuestos enormes, no hay garantías. Nosotros llegamos a cartelera esperando que la gente aceptara nuestra propuesta y hubiera un voto de confianza hacia el cine mexicano. Cuando se da el fenómeno que fue, inmediatamente se pensó en la posibilidad de una segunda parte… todavía no una trilogía”, recuerda el director de las tres películas.

Cambiar las cartas… y el elenco

Tras la salida por causas de fuerza mayor de uno de los protagonistas: Pablo Lyle, la historia tuvo que ajustarse. Pero según su director, esto no fue motivo de preocupación.
“Cuando sucede este acontecimiento triste con Pablo, que era protagonista pero no único eje, pues es una película coral, no lo vimos como hándicap sino como una oportunidad de que su personaje: Santiago, se fuera a recorrer el mundo como mirrey. Nunca me pasó por la cabeza que si la película fracasaba, sería por la ausencia de uno de los integrantes”, rememora.
La segunda parte también fue un éxito, y de acuerdo con su director, mucho tuvo que ver todo el elenco.
“Es una película tan coral, tan de ensamble, con tantos personajes entrañables que desde la primera el público adoptó, que el nervio más fuerte lo tuve en la primera. Sabía que tenía una película muy potente, pero tenía que trabajar cada personaje para que quedara perfectamente dibujado y todos resultaran entrañables”, subraya.

Los retos de filmar en Las Vegas

Mirreyes vs Godínez en Las Vegas tenía una condición clara: si no era en la ciudad del pecado, no se hacía.
“Desde que hablamos de hacer una tercera parte, con Francisco y Ruth Cherem Daniel, coincidimos en que tenía que ser digna de esta franquicia. Si en la primera el mundo godín invitaba a los mirreyes a convivir, y en la segunda iban a un terreno neutro, en la tercera debía ser al revés: invitar al mundo godín al mundo mirrey; y el mejor lugar para hacerlo era Las Vegas. Dijimos que si no había Vegas, no había película”, remarca.
Sin embargo, filmar en Estados Unidos evidentemente representaba un reto presupuestal y logístico; pero la solución vino gracias al interés de productores locales.
“Con los presupuestos que tenemos en México, y los costos de filmar en Estados Unidos iba a ser casi imposible, pero afortunadamente teníamos un productor: Paco Cosío, que había estado muchos años viviendo en Los Ángeles y que conocía a mucha gente; entre ellos, alguien que acababa de trabajar en una serie en Las Vegas con el Caesars Palace. Los contactamos y resultó que a ellos les interesaba muchísimo el mercado mexicano; y cuando supieron lo que había recaudado la franquicia, nos abrieron las puertas”, revela.
Eso sí, filmar en Las Vegas implicó adaptarse a horarios extremos para que hubiera menos gente en los casinos.
“Podíamos filmar donde fuera, pero elegimos horarios entre 4 a.m. a 4 p.m., o de 3 a.m. a 3 p.m., para no interferir con la actividad de los casinos. Entonces fue una película muy, muy complicada de rodar por los horarios, y justo los horarios te matan; el no dormir y luego en una ciudad que nunca duerme. Fue un reto lograr una película con factura internacional”, adelanta.
El elenco tuvo decenas de anécdotas divertidas, como una que ocurrió durante el rodaje en una lujosa suite, donde está el bebé de Nancy (Diana Bovio) y Shimón (Alejandro de Marino).
“Teníamos al bebé en escena; eran las seis de la mañana, pero el niño despertó de súper buen humor. De repente, teníamos el gran ventanal con Las Vegas de fondo y lo puse en el sillón, solito, con todos bailando alrededor. Entonces, el niño empieza a moverse, a levantar las manitas y a bailar. Cuando termina el shot, me voy a sentar al video assist con Santiago Limón (un director que estaba de visita) y me dice: ‘Si yo no hubiera estado aquí, nunca te hubiera creído que el fondo y el niño eran reales, y no generados por computadora’. Todo fue completamente orgánico y real”, recuerda Chava entre risas.

Mirreyes y Godínez se vuelven familia

Con tres películas y un especial detrás, este elenco ya es una pequeña familia.
“Ellos crecieron juntos. No puedo creer todo lo que han cambiado; desde físico hasta en sus carreras, siento que se respetan mucho y que hay una nostalgia importante con esta saga, porque Mirreyes y Godínez fue un gran empujón para ellos. Por eso esta película creo que es la más redonda, porque se ve tanto en pantalla como atrás de pantalla; ellos ya accionaban y reaccionaban padrísimo, ya traían todos sus personajes y yo solo me dedicaba a reírme”, confiesa Chava.

¿Habrá una cuarta parte?

Tras el estreno de esta tercera entrega, la gran pregunta es si el equipo ya vislumbra una cuarta película.
“La cuarta, creo que una vez más tendrá que ver con qué sucede con el público: cómo recibe esta nueva película y cómo funciona. Obviamente, si el público sigue entusiasmado por ver a estos personajes, padrísimo; y nosotros, más que contentos de hacer una cuarta, quinta o sexta. Si me preguntas a mí, aquí terminó esta trilogía —que además, en México no tenemos muchas trilogías—, por eso es increíble estar haciendo historia en eso también.
“Creo que es la mejor entrega de la saga. Llega en un gran momento y demuestra que nuestros personajes pueden tomar Las Vegas sin achicarse. Además, la experiencia de verla en casa no es lo mismo a verla de forma colectiva en pantalla grande: las risas, el sonido —porque está mezclada increíble—, la música… hay que disfrutarla en el cine”, concluye el director.

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