Nos adentramos en el fascinante universo cinematográfico de Alexander Payne a través de una entrevista exclusiva en la que nos sumerge en los detalles detrás de su última creación, “The Holdovers”. Con un enfoque único en el crecimiento personal y los inesperados viajes de la vida, Payne comparte sus perspectivas sobre la película, desde el proceso de selección del elenco hasta las conexiones emocionales con los personajes.
Conversando con Alexander Payne sobre The Holdovers
En la década de los setenta, el profesor cascarrabias (Paul Giamatti) de una prestigiosa escuela se ve obligado a permanecer en el campus para hacerse cargo de un grupo de estudiantes que no tiene a dónde ir en Navidad. Así forma un vínculo con el alumno Angus Tully (Dominic Sessa), y con la cocinera de la escuela (Da’Vine Joy Randolph), cuya relación evoluciona con las aventuras que viven.
Esta es la premisa de “The Holdovers” (Los que se Quedan), cinta que reúne a Alexander Payne y Paul Giamatti de “Sideways” en una historia sobre tres entes solitarios que encuentran una humanidad común, y que fue de las más gustadas en el Festival Internacional de Cine de Toronto (la cinta quedó en segundo lugar detrás de American Fiction). Precisamente durante este festival, platicamos con el también director de “The Descendants” (por la que obtuvo un Oscar como Mejor Guión Adaptado).
Crecer en el camino
Las situaciones inesperadas y los cambios en nuestra vida pueden hacer que aprendamos algo importante, además de que otra constante en el cine de Payne, es mostrar los road trips como viajes de crecimiento.
“Esta película es similar a Nebraska en ese sentido. Nunca pensé que tendría una carrera haciendo películas de viajes por carretera, pero en cierto modo la tengo; además de esta, Sideways es una película de viaje, About Schmidt también e incluso un poco Los Descendientes”, comparte Pyne en exclusiva.
Encontrando al protagonista
Para encontrar al actor principal, Dominic Sessa, la directora de casting vio a más de 800 actores.
“Yo vi tal vez a 60 u 80, pero ella y su equipo miraron casi 800, y encontramos varios papeles, pero no a Angus. Finalmente llamamos a las escuelas donde íbamos a filmar, ¡y allí estaba!, Era un estudiante de último año en la Deerfield Academy y nunca antes había estado frente a una cámara de cine, pero nació para hacerlo”, rememora Pyne.
Entre el guión y la dirección
“La única razón por la que yo escribo es para conseguir algo que dirigir (risas)”, nos confiesa Pyne, “Reescribo un poco también para asegurarme de que la historia sea realmente algo personal para mí, no sólo para el escritor sino para mí. Cambio muchos de los detalles para poder involucrarme. Creo que el trabajo de los directores profesionales es ver dónde puedes ubicarte en los personajes, incluso si tú no los escribiste originalmente”.
Reencuentros en el set
Desde “Sideways”, de 2004, Alexander Payne y Paul Giamatti esperaban volver a colaborar juntos.
“Él y yo siempre estamos tirándonos flores, platicamos mucho estos 20 años esperando poder encontrar algo para trabajar juntos nuevamente. También soy un poco lento escribiendo, así que me tomó un tiempo encontrar el proyecto correcto”, revela el director.
Sentir el cine
Para Pyne, esta es una película que más allá de que provoque las risas, o las lágrimas, espera deje una huella en los espectadores.
“A la gente le gustan las películas y a la audiencia le gustan las buenas películas. Espero que esta les resulte una buena película. Es agradable hacer algo donde tal vez la gente se ría, o tal vez llore, porque, ante todo, queremos historias donde la gente no tenga una experiencia sentimental, sino una experiencia emocional”, concluye.