Ah, el erotismo… esa deliciosa chispa que enciende los sentidos, que se desliza entre miradas furtivas, pieles desnudas y suspiros contenidos. Si hay algo que me pierde más que una mujer segura de su deseo, es una película que sabe capturarlo con elegancia, descaro y un poco de sudor. Como amante empedernido del buen cine y del arte de la seducción, he recorrido con deleite los rincones más sugerentes del celuloide español, en busca de esas joyas que no solo encienden la pantalla, sino también la imaginación. Porque —y esto lo digo con autoridad— el cine erótico bien hecho no enseña carne: insinúa, provoca, y deja al espectador con las manos inquietas y el corazón latiendo más rápido de lo debido.
En esta lista no encontrarás simples escenas de cama metidas con calzador ni erotismo barato disfrazado de provocación. Aquí he reunido las obras que han sabido explorar el deseo con inteligencia, humor y un toque canalla. Películas que hablan de pasión, de cuerpos que se buscan, de límites que se desdibujan, y de historias que se te quedan pegadas a la piel mucho después de los créditos finales. Así que acomódate, relájate —o no tanto—, y prepárate para descubrir (o redescubrir) las mejores películas eróticas españolas de la historia. Créeme, esto va a ponerse muy interesante... ¿Empezamos?
Amar (2017)
Esteban Crespo, exitoso cineasta de cortometrajes, debutó en el largometraje con esta cinta protagonizada por Pol Monen y la célebre María Pedraza. La historia va sobre dos adolescentes que se entregan a la pasión hasta límites enfermizos. Intensa, ligeramente perturbadora y muy sensual.
Habitación en Roma (2010)
La historia se centra en dos desconocidas (protagonizadas por Elena Anaya y Natasha Yarovenko) que se conocen en Roma. Cuando la atracción es inevitable, unen sus cuerpos y mentes durante una noche de pasión. Aunque puede pecar de la habitual fantasía lésbica masculina, la cinta es bastante sólida y entretenida.
Diario de una ninfómana (2008)
Adaptación de la novela de Valérie Tasso protagonizada por la gran Belén Fabra. La cinta cuenta la historia de una joven que lo tiene todo, pero cuando se adentra en el mundo de la prostitución de lujo, su vida comienza a descarrilar.
Las edades de Lulú (1990)
Un clásico de los 90 que es puro fuego literario y cinematográfico. La novela de Almudena Grandes se desnuda (literal y figuradamente) en esta adaptación donde Francesca Neri se convierte en símbolo de deseo, exploración y transgresión. Y sí, aquí también aparece un jovencísimo Javier Bardem.
Kiki, el amor se hace (2016)
Paco León nos sacó del armario sexual con una sonrisa. Una comedia provocadora y colorida que celebra las filias, fobias y manías del placer. ¿Erotismo y risas? Pues sí. Porque el sexo también se goza con carcajadas.
Jamón, jamón (1992)
La película que lanzó al estrellato a Penélope Cruz y Javier Bardem, y de paso elevó el jamón ibérico a símbolo de deseo. Bigas Luna tejió un melodrama erótico donde la carne (literal y metafórica) manda. Imprescindible en cualquier altar del erotismo ibérico.
Lucía y el sexo (2001)
Otro clásico de la filmografía de Julio Medem. La cinta narra diversas vivencias amorosas y sexuales de sus protagonistas, encarnados por Paz Vega, Tristán Ulloa, Elena Anaya y Najwa Nimri, entre otros. Paz Vega brilla en una historia que mezcla pasión, trauma, literatura y deseo como si fueran ingredientes de un cóctel afrodisíaco. Difícil de entender, fácil de sentir.
DiDi Hollywood (2010)
Antes de que Elsa Pataky se convirtiera en la señora Thor, fue DiDi, una aspirante a estrella dispuesta a todo. Bigas Luna repite, ahora con un relato de ambición, cuerpos deseados y un Hollywood que huele a promesa rota. Glamour, sexo y crítica envueltos en lentejuelas.