Este estudio revela cómo influye a los hombres la educación que reciben, al punto de encontrar un escape en las relaciones románticas.
Estereotípicamente hablando, se piensa en las mujeres como personas más dispuestas a los vínculos románticos. La verdad podría ser otra. Esto es lo que nos sugiere un estudio realizado por miembros de tres universidades: Humboldt (Alemania), Minnesota (Estados Unidos) y Vrije (Países Bajos). De acuerdo con sus hallazgos, los hombres son quienes esperan más beneficios de las relaciones románticas y, por tanto, los que más las buscan.
Lo que acabas de leer, por extraño que te pueda parecer, es lo que concluyeron los autores del trabajo que se publicó en la revista Behavioral and Brain Sciences. Ni más ni menos, lo que hicieron fue analizar hasta 50 estudios sobre relaciones heterosexuales y además basarse en encuestas anónimas.
Derivado de esas encuestas, los científicos se encontraron también con el hecho de que los hombres experimentan mayores beneficios, de las relaciones románticas, para su salud física y mental. ¿Quieres más? Resulta que ellos, asimismo, son menos propensos a iniciar rupturas y luchan más con el desgaste emocional de estas.
Fortaleza que sale cara
En el contexto de Estados Unidos, de donde ejemplifican los autores, a los niños se les suele ver con más simpatía si se desenvuelven con rasgos asociados a lo masculino, dicen los científicos. Por el contrario, si los infantes se dan a ver como muy sensibles y emocionales, generalmente, los padres buscan reprimir esas tendencias para endurecer al hombre.
Como consecuencia a lo descrito, los psicólogos han visto que los hombres son menos abiertos a expresarse emocionalmente y a ir por apoyo, de este tipo, con amigos y familiares. A la vez, de esto sale el patrón que los autores de la investigación vieron: los hombres dependen más de sus parejas románticas para satisfacer necesidades emocionales y sentimentales.
En entrevista para Scientific American, Mariko Visserman, psicóloga de la Universidad de Sussex (Inglaterra), afirma que el estudio “hace un magnífico trabajo al explicar cómo las normas y experiencias de género en las primeras etapas de la vida pueden sentar las bases de las diferencias entre los beneficios y vulnerabilidades de las relaciones de hombres y mujeres más adelante”.
Y tú… ¿estás de acuerdo con estos hallazgos?