Vivimos tiempos difíciles, de mucho estrés y presiones externas e internas que para muchos han derivado en crisis de ansiedad, depresión y poca paz mental. En mi caso, empecé a ir a terapia a los 20 años, pues el trastorno obsesivo compulsivo me rebasó y después de varias noches de absoluta ansiedad , acudí al apoyo de especialistas en psicología y psiquiatría. Con el paso de los años, puedo decir que la terapia es esencial para que cualquier persona logre vivir una vida más plena y con más consciencia de sus pensamientos y acciones.
El poder de la terapia
El principio básico de la terapia es que compartas tus sentimientos y pensamientos con alguien que te escuchará sin juzgarte, regañarte o decirte lo que de debes o no debes hacer. El rol de tu terapeuta es guiarte a través del entramado de tu mente y lograr identificar lo que te está ocasionando esa ansiedad, enojo, tristeza o felicidad. La mera acción de que verbalices o intentes verbalizar cómo te sientes, poner tus pensamientos en palabras y decirlas en voz alta con alguien de confianza, es una gran acción que te ayudará a dimensionar de una manera más objetiva lo que pasa dentro de ti. Muchas veces nos perdemos entre nuestros miedos o pensamientos fatalistas, pero una vez que los platicamos y compartimos, empezamos un proceso en el que les restamos poder, pues nos damos cuenta de que quizás no son tan verosímiles o que su materialización es poco probable.
Conocerte mejor
No tengo dudas de que la terapia es una de las mejores maneras de conocerte a ti mismo. A través de ella y con la ayuda de un terapeuta, tendrás la oportunidad de explorar rincones de tu mente que quizás habías olvidado o no sabías que estaban ahí. Identificar traumas de la infancia, las razones de tus actitudes y patrones, miedos e inseguridad, son elementos que podrás conocer a mayor profundidad y utilizarlos como herramientas para mejorar tu toma de decisiones. Te sorprendería saber cuántas cosas que sucedieron cuando eras niño aún dominan tu manera de reaccionar y ver el mundo, las relaciones y a ti mismo.
Todos deberíamos ir a terapia
Getty Images
Mejorar tus relaciones interpersonales
Uno de los mejores beneficios de ir a terapia es mejorar tus relaciones interpersonales. Ya sea con tu familia; papás, hermanas y hermanos, así como tus amigos y pareja.
No exagero, la terapia puede ayudarte a salvar relaciones que simplemente necesitan de mejor comunicación, de mayor comprensión y paciencia y nuevos métodos para lidiar contigo mismo y tus “autosabotajes”.
En fin, hay muchísimas razones para ir a terapia y los beneficios pueden ser inimaginables. El primer paso es el más difícil, abrirte con alguien que no conoces es complicado pero poco a poco y con consistencia, tú y tu terapeuta irán desenredando los embrollos de tu mente y te aseguro que la claridad que irás obteniendo valdrá la pena. Les deseo lo mejor, estimados lectores.