Black Sabbath con Ozzy: Ranking definitivo de sus mejores discos

Black Sabbath cambió el rumbo de la música con su sonido oscuro, sus letras introspectivas y su actitud desafiante.

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El 5 de julio de 2025 quedó grabado en la historia del rock: Black Sabbath ofreció su último concierto con Ozzy Osbourne en el mítico Villa Park de Birmingham, su ciudad natal. Fue una noche épica, cargada de nostalgia, potencia y un desfile de riffs que estremecieron hasta a los más curtidos fanáticos. Con invitados de lujo como Metallica, Mastodon, Anthrax, Pantera, entre otros colosos del metal, la despedida fue un homenaje a la banda que sentó las bases del heavy metal como lo conocemos hoy.

Para celebrar este adiós monumental, hacemos un repaso por los mejores discos de Black Sabbath con Ozzy al frente. Esta es más que una lista: es un viaje por los momentos que definieron el sonido oscuro, pesado y revolucionario de la banda que lo cambió todo. Aquí va el ranking definitivo de los mejores álbumes de Black Sabbath con Ozzy Osbourne, del 1 al 9.

1. Paranoid (1970)

El disco más icónico de Black Sabbath y el que marcó el antes y el después en la historia del metal. “Paranoid” no solo catapultó a la banda al estrellato, también definió la estética sonora y lírica del género. Canciones como “War Pigs”, “Iron Man” y la misma “Paranoid” siguen siendo himnos inamovibles más de cinco décadas después. Con riffs demoledores de Tony Iommi, la base rítmica hipnótica de Geezer Butler y Bill Ward, y la voz escalofriante de Ozzy, este disco fue una revolución.

Pese a haber sido grabado en solo unos días y con bajo presupuesto, la crudeza y urgencia del sonido lo convirtieron en una obra maestra. La crítica de la época no lo entendió del todo, pero el tiempo le dio su lugar: es uno de los discos más influyentes en la historia del rock. “Paranoid” es la Biblia del metal.

2. Master Of Reality (1971)

Con este álbum, Sabbath afinó sus guitarras en tonos más bajos, estableciendo el blueprint del doom metal y el stoner rock. “Master of Reality” es lento, denso, psicodélico y absolutamente pesado. Temas como “Sweet Leaf” (un himno al cannabis), “Children of the Grave” y “Into the Void” muestran a una banda en su punto más innovador y abrasivo.

El disco es corto pero poderoso, con una atmósfera que mezcla lo espiritual, lo oculto y lo contestatario. Aquí, Sabbath dejó claro que no era una moda pasajera: estaban creando algo nuevo. La influencia de este álbum se siente en bandas como Kyuss, Soundgarden, Sleep y Electric Wizard. Es pura oscuridad y distorsión elevada a arte.

3. Black Sabbath (1970)

El debut homónimo fue como un relámpago en un cielo despejado. Con una portada inquietante y una canción de apertura que parece una invocación satánica, Black Sabbath presentó al mundo una propuesta que nadie había escuchado antes. El riff de “Black Sabbath” —basado en el tritono prohibido— fue el sonido del nacimiento del heavy metal. Simple, lento, tenebroso. Irresistible.

Con piezas como “The Wizard” y “N.I.B.”, el álbum capturó la esencia del horror gótico, el ocultismo y la angustia de la clase obrera británica. Es un disco que suena como una película de terror hecha música. No hay forma de entender el metal sin volver a este álbum fundacional.

4. Sabbath Bloody Sabbath (1973)

El álbum donde Sabbath expandió sus horizontes musicales sin perder su fuerza. En “Sabbath Bloody Sabbath”, la banda incorporó sintetizadores, arreglos más complejos y una producción más pulida, pero sin dejar de sonar brutal. La canción que da título al disco es una obra maestra: poderosa, épica y desgarradora.

Este disco fue alabado por la crítica y el público por igual. Temas como “A National Acrobat” y “Killing Yourself to Live” muestran una madurez compositiva que no renunciaba a la oscuridad. Rick Wakeman, de Yes, colaboró en los teclados, dando un toque progresivo que elevó el álbum a otra dimensión.

5. Vol. 4 (1972)

“Vol. 4” es el disco más experimental de la era Ozzy, grabado en medio de una montaña de cocaína en Los Ángeles, lo cual se nota tanto en su caos como en su creatividad. “Supernaut”, “Snowblind” y “Tomorrow’s Dream” son clásicos indiscutibles, mientras que piezas como “Changes” muestran un costado melancólico y vulnerable.

Aquí Sabbath exploró nuevos caminos, desde baladas hasta riffs más sofisticados. Es un álbum desigual, pero con momentos de genialidad pura. La producción fue más ambiciosa y se convirtió en un favorito de músicos como Frank Zappa y Kirk Hammett. “Vol. 4” es Sabbath en modo salvaje y libre.

6. Sabotage (1975)

Un disco subestimado pero lleno de momentos poderosos. “Sabotage” fue grabado en medio de problemas legales y fatiga emocional, y eso se siente: es un álbum crudo, agresivo, con una rabia contenida. Canciones como “Hole in the Sky”, “Symptom of the Universe” y “The Writ” lo demuestran con creces.

El sonido es más técnico, con estructuras cambiantes y un enfoque casi progresivo por momentos. Ozzy entrega una de sus mejores interpretaciones vocales, y la banda suena más afilada que nunca. Es un disco complejo, lleno de capas, que merece ser redescubierto con oídos atentos.

7. 13 (2013)

El regreso esperado por décadas: “13” fue el último disco de estudio con Ozzy, y sirvió como una carta de despedida poderosa. Producido por Rick Rubin, el álbum buscó recrear el sonido clásico de Sabbath, y en gran medida lo logró. “God Is Dead?”, “End of the Beginning” y “Loner” traen de vuelta los riffs sombríos y las letras existencialistas.

Aunque algunos extrañaron a Bill Ward en la batería (fue reemplazado por Brad Wilk, de Rage Against the Machine), el disco recibió críticas positivas y debutó en el #1 en varios países. Es un retorno digno, que honra el legado y no suena como un simple ejercicio de nostalgia.

8. Technical Ecstasy (1976)

Uno de los discos más polémicos de Sabbath, donde la banda experimentó con sonidos más cercanos al hard rock y al AOR. Aunque alejado del tono sombrío de sus trabajos anteriores, “Technical Ecstasy” tiene momentos rescatables como “Dirty Women” y “You Won’t Change Me”.

Fue una época de tensiones internas, donde las drogas y las diferencias creativas empezaban a desgastar al grupo. Sin embargo, es un disco que gana con el tiempo si se lo escucha sin prejuicios. Es Sabbath intentando evolucionar, aunque no todos los riesgos funcionaron.

9. Never Say Die! (1978)

El último disco de la era clásica con Ozzy (antes de su salida en 1979) es, sin duda, el más flojo del listado, pero aun así tiene su valor histórico. “Never Say Die!” muestra a una banda agotada, sin dirección clara, con composiciones dispares y producción irregular. Aun así, la canción homónima y “Junior’s Eyes” tienen momentos brillantes.

Este álbum marca el fin de una era. Después de él, Ozzy emprendería su carrera solista y Sabbath entraría en una etapa inestable. Es el cierre de un ciclo turbulento, pero lleno de legado. Un disco que merece escucharse como el epílogo de una leyenda.

Un legado inmortal

Black Sabbath cambió el rumbo de la música con su sonido oscuro, sus letras introspectivas y su actitud desafiante. Con Ozzy al frente, crearon una discografía que sigue inspirando a generaciones. Este ranking es un tributo a esa magia única que estalló en Birmingham y conquistó el mundo.

La última noche en Villa Park no fue un adiós, sino un eterno “gracias”. Porque el metal, simplemente, no existiría sin ellos.


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