Beber tequila es un ritual, lo ha sido siempre; Loco Hierofante busca convertir ese ritual en una experiencia artística.
Esa búsqueda convocó a tres creadores. El maestro Jan Hendrix, un artista que ha trabajado para convertir las formas orgánicas en patrones gráficos que exploran la interacción entre luz y sombra, entre estructura y transparencia, es el creador de los crisoles y del diafán que convierten a este tequila en una escultura en la que la luz juega un papel fundamental. Loco Hierofante es una pieza que remite de inmediato a la obra que el maestro Hendrix ha realizado a escala mucho mayor en edificios y espacios públicos de México.
El segundo creador involucrado es Íker Ortiz, quien lleva más de 20 años explorando las posibilidades expresivas de materiales industriales como el acero y el Corian en el universo de la joyería. Él desarrolló en esos materiales la base y el tapón que dan sustento a los crisoles y resguardan su contenido; dos funciones que tienen un carácter ritual.
El tercer creador involucrado es Alberto Navarro, el responsable de producir el arte líquido: las dos versiones que componen el universo de Loco Hierofonte: Luminis y Umbra; el primero, de una pureza que refleja de manera contundente el origen volcánico del terruño en que crecen los agaves: El Arenal, Jalisco. Umbra es la contraparte, a la que el añejamiento le aporta madera.
Pero el concepto de Loco Hierofante no se detiene en lo físico, en el producto. Alberto Navarro diseñó todo un ritual para que su entrega se convierta en un auténtico performance que inicia con el vertido del destilado en su crisol, que se hace en la Casa Loco Tequila, en las Lomas de Chapultepec, en la Ciudad de México, con una pieza creada ex profeso para que al activarse nos haga conscientes de todo el tiempo involucrado en la producción de ese destilado, mientras vemos caer el hilo de Luminis o de Umbra en el crisol, como sucede con un reloj de arena.
Nada está dejado al azar: finalizado el vertido, el crisol se tapa, se coloca sobre su base para introducirse después en el diafán, que se le entrega a su propietario junto con un certificado de autenticidad que se coloca dentro del diafán. Loco Hierofante no está a la venta en los canales tradicionales de distribución de destilados para conservar su carácter artístico y ritual.
Para acceder a Loco Hierofante es necesario formar parte de un grupo al que se ingresa adquiriendo una membresía.La membresía da acceso a los destilados, a experiencias gastronómicas y artísticas en distintas locaciones que no estarán abiertas al público y, muy pronto, a la Hacienda La Providencia en El Arenal, donde está a punto de concluir un cuidadoso proceso de retauración que permitirá vivir la experiencia de seguir todo el proceso de elaboración de Luminis y Umbra, desdeel recorrido por los plantíos de agave hasta su destilación enuna nueva planta que mantendrá la característica de utilizar solo alambiques de cobre.
Porque al final, en la base de Luminis y Umbra está la fórmula que le otorga su ADN a todas las líneas de Loco Tequila: sus agaves azules cuidados en El Arenal durante seis años por el maestro agavero Jose Antonio Sánchez López; el proceso de doble jima y remoción del cogollo que permite eliminar sabores amargos; la utilización de tres métodos de fermentación (contenedores de acero, tanques de madera y piletas de cemento) y la destilación en alambiques de cobre que produce la materia prima con que Alberto Navarro, maestro tequilero de la casa, opera su alquimia con la que logra conservar intacta la mineralidad que aporta el terruño pero aportando un poco de suavidad y sedosidad a todas sus fórmulas.