Vivimos períodos de “sequía” sexual por diversas razones: baja libido, ocupaciones laborales, rupturas o cuestiones de salud. Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos por un tiempo prolongado sin “acción”?
¿Cuánto tiempo sin Sexo es demasiado?
Según los expertos, pasar más de tres meses sin actividad sexual constituye un lapso prolongado digno de atención. Aclaran que esta ausencia no se limita únicamente a la falta de penetración o masturbación, sino que abarca diversas prácticas sexuales.
Enfatízan que la carencia de actividad sexual no es exclusiva de personas solteras, sino que también afecta a parejas con larga trayectoria juntas. En momentos de estrés, trabajo abrumador, responsabilidades familiares o enfermedades, la frecuencia de las relaciones sexuales puede disminuir drásticamente, lo cual no siempre conduce a una ruptura. No obstante, aquellas parejas que han perdido el contacto físico podrían estar más cercanas a enfrentar serias dificultades.
Los expertos señalan que las situaciones comunes que conducen a una sequía sexual incluyen rupturas amorosas, la llegada de un hijo o cambios hormonales propios del envejecimiento.
La ausencia prolongada de actividad sexual puede afectar la vida íntima y emocional de las personas, pudiendo llevar a tensiones en las relaciones. Sin embargo, cada individuo y cada pareja tiene sus propios ritmos y circunstancias, por lo que no existe una regla única para evaluar esta situación.
Es crucial reconocer que la ausencia de actividad sexual no es necesariamente negativa; en algunos casos, refleja etapas temporales que pueden ser superadas con comunicación y comprensión en la relación. Los sexólogos subraya la importancia del contacto físico continuo, incluso sin actividad sexual, como elemento vital para mantener viva la chispa en una relación.