¿Te acaban de presentar a alguien y ya olvidaste su nombre? ¿No recuerdas la última lección que tomaste en la universidad y el examen ya es mañana? No te preocupes, olvidar es algo natural. De hecho es un mecanismo que usa el cerebro para no sobrecargarse de información. “No es conveniente llenar el cerebro de desorden”, dice Charan Ranganath, neurocientífico de la Universidad de California, Davis.
Por fortuna, existen algunas estrategias científicamente probadas para mejorar tu memoria, las cuales puedes aplicar en tu día a día. Por ejemplo, las horas que duermes, o si haces ejercicio, cuentan mucho para tener una memoria fuerte y a prueba de olvidos.
Establece conexiones significativas
Para recordar algo hay que darle un significado en lugar de depender de los datos aleatorios y sin conexión. Darle significado a algo es darle sentido dentro de un contexto, o establecer alguna conexión personal contigo.
Espacia tus sesiones de estudio y permítete tener dificultades
Si estás estudiando para un examen o para hacer una presentación en una junta de trabajo, la ciencia nos dice que debes espaciar tus sesiones de estudio. Esto ayuda a tu cerebro a almacenar recuerdos de forma más eficaz.
Estos periodos de descaso son más eficaces, pues ayudan a la memoria a largo plazo, en lugar de almacenar información a corto plazo. “Al espaciar el aprendizaje, estos recuerdos se desvinculan de un lugar y un momento concretos y es más probable que sean accesibles en cualquier momento que los necesites”, agrega Charan Ranganath.
Lee en voz alta
Si tienes la costumbre de leer en voz alta estás haciendo un beneficio a tu memoria, pues está demostrado que tu cerebro recibe mejor la información que cuando lees en silencio. Es lo que los científicos llaman efecto de producción. Los científicos sospechan que hablar en voz alta activa más sentidos que la lectura silenciosa. Otro método que puedes hacer es cantar la información que estás estudiando, lo cual tiene el mismo efecto que ya describimos.
Pon a prueba tus sentidos
La ciencia recomienda que involucres tus otros sentidos durante el aprendizaje, ya que esto puede ayudarte a formar recuerdos vívidos de una experiencia. Relaciona un acontecimiento con imágenes, sonidos y olores, y de esa manera tu cerebro hará una conexión del hecho o el objeto con una sensación en concreto.
Método de loci
A este método también se le llama el palacio de la memoria. Consiste en hacer asociaciones de hechos u objetos dentro de un lugar familiar como puede ser la casa. Por ejemplo, si tu objetivo es recordar lo que quieres compra en el supermercado, puedes hacer asociaciones un tanto inusuales pero que harán que no olvides nada. Ejemplo: quieres comprar una caja de huevos, un garrafón de agua y un frasco de café. Imagina que dejas caer la caja de huevos en la lavadora; luego imagina que dejas el garrafón en medio del jardín; y, por último, avientas el frasco de café por una ventana. El último paso es que recuerdes los artículos a la inversa: intenta recuperarlos de los lugares donde los dejaste o arrojaste.
La razón por la que este método funciona es porque tu cerebro crea relaciones entre la información que quieres recordar y las imágenes existentes, y muy específicas, que creaste.