Cuántas veces no te has sorprendido viendo el reloj y diciendo ‘dios, ya son las 5 pm y no voy ni a la mitad de mi trabajo’. Por lo general, esto no se debe a que seas incapaz de hacer tus labores de la mejor manera, sino que inviertes tu atención en algo que se llama las trampas del tiempo. ¿A qué nos referimos con esto y cómo se puede evitar para que tu jornada de trabajo sea más corta y productiva?
A continuación vamos a comentar algunas de las trampas del tiempo más comunes y cómo evitar caer en ellas.
Charlas improductivas
Uno de los motivos más comunes por los que la gente se queda trabajando horas extra son las conversaciones improductivas con compañeros de trabajo, ya sea a través de videollamadas o en la oficina. Según Kiki Ramsey, CEO de Positive Psychology Coaching and Diversity Institute, “las conversaciones rápidas de café pueden convertirse fácilmente en charlas de 30 minutos” en caso de que no seamos conscientes de nuestro tiempo.
Las redes sociales
Otra de las causas por las que el trabajo se prolonga más de la cuenta son los distractores como las redes sociales: cuántas veces no te has metido a internet con el objetivo de buscar algo de trabajo y terminas viendo las historias de Instagram de amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Asuntos personales en horario de trabajo
Ramsey también señala que muchos colaboradores que trabajan de manera remota emplean tiempo de trabajo en atender asuntos personales, lo cual no es malo, pero cuando se vuelve repetitivo interfiere claramente en el desempeño laboral. Aunque parezca inofensivo, Ramsey señala que este tipo de distracciones afecta la concentración: “Aunque los límites entre lo laboral y lo personal se han desdibujado, las llamadas o los recados personales pueden mermar la concentración y la productividad”.
No saber decir no
A veces, quizás aceptas una sobrecarga de trabajo por temor a que tu jefe te regañe o piense que no estás comprometido con tus labores. Es importante establecer límites y saber decir no cuando la carga de trabajo rebasa tus capacidades de tiempo y esfuerzo. Un buen jefe es aquel que sabe cómo gestionar sus recursos y que es consciente de que su equipo de trabajo no es una máquina sino seres humanos. Pero también es responsabilidad de los colaboradores hacerle un amable recordatorio de ello.
¿Cómo evitar caer en las trampas del tiempo?
Todo radica en una palara tan sencilla pero tan complicada a la vez: gestionar el tiempo y los esfuerzos. Por ejemplo, no está mal que convivas con tus compañeros de trabajo, pero lo más adecuado es que se haga en los momentos y los horarios adecuados en lugar de hacerlo en horas de trabajo. Queden de verse fuera de la oficina o a la hora del almuerzo.
En el caso de las redes sociales puedes establecer alarmas u horarios de uso para evitar que cinco minutos de distracción se conviertan en 30 o más.
En cuanto a los asuntos personales que se atienden en horarios de trabajo, todo es cuestión de establecer una agenda organizada con días y horarios que te permitan atender tus compromisos personales sin que se junten con los del trabajo. Hacer trabajo remoto no significa ir al dentista a la misma hora en que tienes una junta.
Otra buena técnica para evitar que las trampas del tiempo sean tu enemigo es que establezcas prioridades laborales y personales desde días previos, de tal manera que puedas atender a todo sin desatender aquello que es vital.
“Tómate un tiempo el domingo para planificar tu semana. No tiene que ser nada sofisticado. Puede ser simplemente un repaso rápido de tus prioridades, proyectos y objetivos para la semana. Así, cuando llegue el lunes, estarás listo para empezar, en lugar de pasar parte de la mañana del lunes pensando en qué hacer primero”, señala Ramsey.