Estos 5 ejercicios de pilates son una alternativa para esculpir tus abdominales

Si de verdad quieres abdominales que se vean y que sirvan para algo más que posar frente al espejo, dale una oportunidad al Pilates. No es suave. No es fácil. Pero sí es efectivo.

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Todos los hombres hemos caído en la trampa: crunch tras crunch, abdominales en banco declinado, giros rusos con discos de 10 kg. Duele, sudas... pero el six-pack sigue escondido como si fuera un mito urbano. ¿La razón? Estás entrenando los músculos equivocados, de la forma equivocada.

Pilates puede sonar a música zen y velas aromáticas, pero detrás de ese disfraz hay una disciplina brutalmente efectiva para el core. Porque no se trata solo de marcar los abdominales, sino de hacerlos funcionales, resistentes y —lo más importante— visibles.

¿Por qué Pilates debería importarte?

Más allá de verte bien en la playa, entrenar tu core con Pilates mejora tu postura, alivia dolores de espalda y potencia tu rendimiento en otros entrenamientos. Es decir: te ves mejor, te sientes mejor y levantas más. Todo en uno. Además, la activación profunda del core que logras con estos movimientos está en otro nivel.

Aquí van cinco ejercicios de Pilates que, si los haces con constancia, te harán sentir el abdomen como si te hubieras cruzado con el mismísimo Bruce Lee en una clase de yoga.

1. The Hundred

Este es el ejercicio bandera del Pilates. Parece simple… hasta que lo haces bien.

Túmbate en el suelo, baja espalda pegada, piernas levantadas, cabeza y hombros en el aire. Brazos extendidos al frente, paralelos al piso. Empieza a moverlos hacia arriba y abajo con energía, mientras respiras: cinco inhalaciones y cinco exhalaciones, hasta llegar a cien.

¿Sientes que el abdomen tiembla? Perfecto. Es justo ahí donde comienza el cambio.

2. Toe Taps

Aquí trabajas el control más que la fuerza bruta. Acostado, levanta las piernas con las rodillas formando un ángulo de 90 grados. Baja lentamente una pierna hasta tocar el suelo con la punta del pie, luego vuelve a subir. Alterna.

Hazlo despacio, sin impulsos. El secreto está en el control, no en la cantidad.

3. Elevaciones de piernas

Un clásico con sabor a Pilates. Acuéstate, manos al suelo o debajo de la cadera. Piernas rectas hacia arriba. Sube y baja con control, sin tocar el suelo.

Aquí no estás solo levantando las piernas: estás entrenando la conexión entre mente y músculo. Si sientes que el abdomen arde, vas por buen camino.

4. Planchas (en todas sus versiones)

La plancha no miente. Es el detector de debilidades del core.

Puedes hacerla frontal, lateral, sobre los antebrazos o con variaciones dinámicas. Solo asegúrate de mantener la postura perfecta: nada de glúteos al cielo ni barriga colgando.

Una buena plancha durante un minuto vale más que cien abdominales mal hechos.

5. Círculos con las piernas

¿Quieres trabajar tu abdomen de forma excéntrica y desafiar tu estabilidad? Este es el ejercicio. Acostado, levanta una pierna recta hacia el techo y dibuja círculos grandes y lentos. Cambia de dirección. Luego repite con la otra pierna.

El core trabaja como loco para que tu cuerpo no se tambalee. Y eso se nota.

¿Pilates o pesas? Te damos la respuesta honesta

Ambos funcionan, pero para cosas distintas. El entrenamiento con pesas trabaja la fuerza y puede ayudarte con la hipertrofia —ideal si quieres volumen—, pero muchas veces descuida los músculos profundos del core.

El Pilates, en cambio, se mete justo ahí: en el núcleo de tu fuerza. Aumenta tu control, mejora la postura y saca a la luz músculos que ni sabías que tenías.

¿Nuestro consejo? Combina los dos. Usa Pilates para construir una base sólida y funcional, y las pesas para potenciar el desarrollo muscular. El resultado: un abdomen definido, fuerte y útil, no solo decorativo.

Si de verdad quieres abdominales que se vean y que sirvan para algo más que posar frente al espejo, dale una oportunidad al Pilates. No es suave. No es fácil. Pero sí es efectivo. Y en el fondo, eso es lo que cuenta.

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