La carrera hacia el Oscar 2026 ya arrancó y, como suele pasar, las expectativas sobre las cintas favoritas a competir como Mejor Película están encendidas entre los cinéfilos. Hay cine de autor, grandes nombres frente y detrás de cámara, apuestas arriesgadas de género y varias historias íntimas que buscan tocar fibras profundas. Todo eso que a la Academia le gusta… y que al público también le deja marca.
Este año, la conversación no gira solo alrededor de “la mejor película”, sino sobre qué tipo de cine quiere premiarse: ¿el espectáculo sofisticado?, ¿el drama humano que duele?, ¿la reinvención de los monstruos clásicos?, ¿o el terror como espejo social? Estas son las cintas que, desde ahora, se perfilan como candidatas fuertes a competir por la estatuilla dorada más codiciada del Séptimo Arte.
Marty Supreme
Timothée Chalamet sigue construyendo su camino al Oscar con un papel hecho a la medida del mito moderno. En Marty Supreme, interpreta a Marty Mauser, un joven judío del Nueva York de los años 50 obsesionado con convertirse en una leyenda del tenis de mesa. Lo que empieza como una ambición casi ingenua pronto se convierte en una travesía llena de ego, riesgo y tentaciones, incluida una relación con una actriz famosa interpretada por Gwyneth Paltrow.
La película combina biopic, cine criminal y drama clásico con una energía que recuerda al Hollywood de otra época. Chalamet está magnético, vulnerable y arrogante a partes iguales, en una actuación que podría llevarlo directo a la nominación como Mejor Actor.
Frankenstein
Guillermo del Toro vuelve a uno de sus territorios favoritos: los monstruos que sienten más que los humanos. Su versión de Frankenstein es oscura, poética y profundamente emocional. Basada en la novela de Mary Shelley, la película explora la creación, el abandono y la soledad desde la mirada de la criatura, interpretada con sorprendente sensibilidad por Jacob Elordi.
El diseño de producción y el maquillaje ya se perfilan como favoritos técnicos, pero no sería extraño que la Academia también reconozca las actuaciones y, en un escenario ideal, la película misma como una de las grandes del año.
Sentimental Value
Pocas películas este año han sido tan celebradas por la crítica como Sentimental Value, y no es casualidad. Es cine íntimo, preciso y profundamente emotivo. La historia sigue a Nora y Agnes, dos hermanas marcadas por la ausencia emocional de su padre, un célebre director de cine que ahora busca redención a través de una nueva película… y quiere a Nora como protagonista.
Renate Reinsve ofrece una actuación contenida y devastadora, acompañada por un elenco impecable que incluye a Stellan Skarsgård y Elle Fanning. La fotografía, cargada de nostalgia y símbolos, convierte a la cinta en una experiencia que se queda contigo mucho después de que termina. Una clara contendiente en guion, actuación y, quién sabe, Mejor Película.
Sinners
El terror rara vez entra a la fiesta del Oscar, pero Sinners no juega bajo las reglas habituales del género. Ambientada en el Mississippi de la era de la prohibición, la película sigue a dos hermanos gemelos (Michael B. Jordan en un doble papel) que intentan abrir un club nocturno para la comunidad afroamericana. La noche inaugural, sin embargo, atrae la atención de un vampiro tan carismático como aterrador.
Más allá del horror, Sinners es una reflexión sobre racismo, comunidad, violencia y supervivencia. El vampiro funciona como metáfora histórica y social, y la mezcla de cine de género con comentario político podría abrirle la puerta a nominaciones inesperadas.
Una batalla tras otra
Paul Thomas Anderson y Leonardo DiCaprio forman una dupla explosiva en esta película que mezcla comedia negra, acción, drama y una fuerte carga de crítica social. DiCaprio interpreta a un exrevolucionario que, tras la desaparición de su hija, se ve obligado a enfrentar los fantasmas de su pasado mientras persigue a un enemigo poderoso.
Es una película intensa, incómoda y sorprendentemente divertida por momentos. DiCaprio ofrece uno de esos papeles complejos que tanto disfruta la Academia, y Anderson demuestra, una vez más, por qué es uno de los autores más respetados de su generación.
El agente secreto
Wagner Moura brilla en este thriller político ambientado en el Brasil de los años 70. La historia sigue a un hombre que huye hacia Recife para escapar de un pasado marcado por la violencia y una amenaza de muerte constante, mientras intenta proteger a su hijo. La narrativa se mueve entre esa época y el presente, donde alguien reconstruye su historia para entender qué ocurrió realmente.
Con una estructura elegante y una tensión constante, El Agente Secreto podría repetir el camino de otras cintas internacionales recientes y colarse con fuerza en la conversación del Oscar, especialmente en categorías internacionales y actorales.
It Was Just an Accident
Ganadora de la Palma de Oro en Cannes, esta película llega con un prestigio difícil de ignorar. La trama arranca con un accidente automovilístico aparentemente trivial que desencadena una obsesión moral: un mecánico cree haber reconocido al hombre que lo torturó en prisión y decide seguirlo para confirmar su identidad y planear venganza.
Lo más poderoso del filme es su ambigüedad ética. No hay respuestas fáciles, solo preguntas incómodas sobre justicia, culpa y perdón. Es cine sobrio, tenso y profundamente humano, el tipo de obra que suele encontrar eco en la Academia.
Hamnet
El duelo como experiencia universal es el corazón de Hamnet, una película delicada y devastadora protagonizada por Paul Mescal y Jessie Buckley. Ambientada en la Inglaterra del siglo XVI, la historia se centra en Agnes y William Shakespeare tras la muerte de su hijo Hamnet durante una epidemia.
La cinta destaca por su fotografía, vestuario y actuaciones profundamente emotivas. Más que una biografía tradicional, es un retrato íntimo sobre la pérdida y el poder del arte como forma de sobrevivir al dolor. Una apuesta fuerte en categorías técnicas y de actuación.
The Smashing Machine
Dwayne Johnson ofrece la actuación más cruda y transformadora de su carrera en The Smashing Machine, una película que lo aleja por completo de su imagen de estrella de acción para sumergirse en un drama biográfico oscuro y físico. La cinta retrata la vida de Mark Kerr, legendario peleador de artes marciales mixtas, y se enfoca tanto en su brutal dominio dentro del octágono como en su devastadora lucha fuera de él contra la adicción, la presión mediática y la autodestrucción.
Emily Blunt interpreta a la esposa de Kerr, aportando una presencia emocional clave que equilibra la violencia del relato con momentos de intimidad y fragilidad. Dirigida con un tono áspero y sin concesiones, The Smashing Machine no glorifica la brutalidad, sino que expone el costo real de la fama y del cuerpo llevado al límite. Si la Academia decide premiar transformaciones actorales radicales y biopics incómodos, esta película podría colocar por primera vez a Johnson en una conversación seria rumbo al Oscar.
La carrera apenas comienza, pero estas películas ya marcan el pulso del Oscar 2026: cine ambicioso, emocional y, sobre todo, dispuesto a arriesgar. Ahora queda ver cuáles resistirán el paso de los meses… y cuáles terminarán levantando la estatuilla dorada.