Si bien Dwayne Johnson es reconocido por películas como Jumanji, The Scorpion King o Rápidos y Furiosos, su trayectoria comenzó sobre el cuadrilátero, donde como “The Rock” compartió infinidad de momentos con compañeros y amigos del mundo de la lucha libre profesional en la WWE.
En su más reciente trabajo: La Máquina: The Smashing Machine, el actor interpreta a Mark Kerr, el legendario luchador de artes marciales mixtas que brilló en el ring pero que también enfrentó batallas internas, incluyendo la adicción a los analgésicos. Por ello, esta película se convierte también en un homenaje a los amigos de Dwayne que ya no están.
“El rodaje de The Smashing Machine representa muchas cosas para todos nosotros: para mí, para Benny Safdie (el director) y para Emily (Blunt). Pero, entre otras, también es una carta de amor para todos los amigos que perdí a causa de las adicciones, sus propios demonios, las sobredosis de las que no regresaron y los suicidios, que al final siempre se relacionan con la presión. En mi mundo hubo una época en la que perdí a muchos amigos, y de algún modo esta película fue un homenaje para decirles: los veo, los entiendo y sé lo que es vivir bajo esa presión”, nos reveló el actor en entrevista durante su visita a México.
Reescribir su camino
Apodado The Smashing Machine por su estilo implacable en el octágono, Mark Kerr se convirtió en uno de los peleadores más dominantes de finales de los noventa, doble campeón de torneos de peso pesado en la UFC y leyenda del Vale Tudo y PRIDE FC. Su vida fue retratada en el documental homónimo de HBO, que muestra no solo sus triunfos deportivos, sino también su batalla contra la adicción y la presión del éxito.
El involucramiento de Johnson en esta adaptación de la vida de Kerr se remonta a 2019, cuando buscaba una historia que lo desafiara de manera distinta y encontró en el documental un retrato humano sobre la gloria, y la caída.
“Llevé esta película a Benny Safdie hace cinco o seis años. En ese momento estaba agradecido por la carrera que había tenido, pero la verdad es que estaba cansado de estar cómodo, y estaba muy cómodo. Quería hacer algo que me asustara, que nunca hubiera hecho, que me obligara a desaparecer en un personaje y explorar temas y emociones muy intensas; eso quería”, confesó.
Para Safdie, la conexión y entendimiento que tuvo con el actor fue clave para este proyecto.
“Cuando conocí a Dwayne, hice contacto visual y vi un torbellino detrás de sus ojos. Tiene un increíble magnetismo que te atrae, pero también una compleja cantidad de emociones que parecen gritar por salir. El hecho de que él quería hacer esta película y contar esta historia me dijo todo sobre quién es él. También me enamoré del personaje; Mark Kerr es un tipo increíble”, nos contó Safdie en entrevista.
Regresar al ring
Desde que dejó la lucha libre en 2004 para enfocarse en su carrera como actor, Johnson no había vuelto a entrenar de manera tan intensa para subir a un ring. The Smashing Machine cambió eso, pues tuvo que transformar radicalmente su cuerpo para interpretar a Kerr.
“Tuve que aumentar unos 13 kilos de masa muscular, cambiar mi voz y usar 22 prótesis. Fue mucho trabajo”, rememoró el actor que requería entre tres y cuatro horas para colocarse las prótesis creadas por el artista Kazu Hiro.
Sin embargo, más allá de la exigencia física, fue la parte emocional lo que dejó en él una huella más profunda.
“Fue esa transformación emocional y de resistencia la que realmente me marcó. Porque no sabía si en este punto de mi carrera iba a tener la oportunidad de canalizar el dolor o el trauma que viví de niño y adolescente —cosas que los niños no deberían pasar—. Tampoco sabía si tendría la oportunidad de poner todo eso en algún lugar, incluyendo un divorcio y todo lo que atravesamos en la vida. Pero con esta película lo hice, y eso me abrió algo por dentro; me dio permiso de seguir por este camino”, reflexionó Johnson.
Esta vulnerabilidad fue también posible gracias a la visión de Safdie, quien diseñó un rodaje pensado para que los actores olvidaran la presencia de las cámaras.
“Busco realismo en las actuaciones. Y para conseguirlo, intento no estorbar. Procuro estar presente, pero si alejo las cámaras, consigo un nivel de actuación realmente emocionante. Por eso construí la casa específicamente para que Dwayne y Emily pudieran estar ahí, y yo pudiera sacar dos planos de ellos al mismo tiempo sin que vieran las cámaras. Fue porque sabía que iba a tener escenas en las que necesitaba dejarles respirar. Eso permitió que las emociones fluyeran de manera honesta y espontánea”, explicó el director.
Priorizar los sueños
Tras años de protagonizar producciones taquilleras, Johnson encontró en The Smashing Machine un proyecto que lo reconectó con él mismo.
“Amo las películas que he hecho en el pasado, y volvería a hacerlas sin dudarlo, pero hace un par de años comencé a cuestionarme. Empecé a pensar: espera… ¿estoy viviendo mi sueño o el sueño de otras personas? Y todo eso cobra sentido al conocer a Benny, por nuestra relación, nuestra amistad y ese vínculo que nos unió para decir: ‘Esto es para mí. The Smashing Machine es por mí. Quiero hacerlo para mí’… Y cuando decides hacer algo por ti, ocurre algo maravilloso: el mundo se abre y el universo te encuentra a medio camino”, compartió el actor durante la conversación que sostuvo en el Toronto International Film Festival (TIFF), donde la película tuvo su premiere norteamericana.
Ahora, el actor tiene una nueva perspectiva sobre los proyectos y la forma en que desea abordarlos.
“Seguiré haciendo lo que me encanta. Las grandes películas como Jumanji, o ahora Moana en acción real; son muy divertidas. Pero creo que la diferencia, tras esta experiencia, es el empujar por más: mejores historias, mejores ideas, mayor profundidad. Suena un poco fantasioso, pero es cierto, porque lo que haré ahora en cada aspecto de esas películas es esforzarme por más, por una mejor creatividad, por el potencial para una mejor historia. Y algo que también aprendí es que, aunque haya una fecha de estreno acordada, eso no significa que no se pueda mover si aún no estamos completamente satisfechos con el resultado”, enfatizó el actor.
Próximamente, Johnson volverá a trabajar con Safdie en Lizard Music, un proyecto en el que da vida a un hombre peculiar: Chicken Man, que junto a un niño que emprende una aventura que los lleva a mundos ocultos y a forjar una amistad improbable y mágica.
“Cuando conectas con una película, sales muy feliz, te sientes bien contigo mismo y con el mundo. Entonces le dije a Dwayne que quería hacer una película que le hablara a mis hijos, pero también conmigo, que permitiera que los niños y los padres se sintieran igual que después de The Smashing Machine. A Dwayne le gustó la idea. Además, está basada en un libro de un autor que adoro; siento que es una historia llena de asombro y emoción. Es divertida, pero al mismo tiempo, ofrece pequeñas herramientas para estar mejor situados en la vida, para recordar que, al final, todo estará bien”, concluyó Safdie.
Curiosidades del rodaje
- La película está basada en el documental de HBO de 2002, The Smashing Machine: The Life and Times of Extreme Fighter Mark Kerr. Dwayne Johnson lo y compró los derechos para producir la película a través de su empresa Seven Bucks Production.
- Para encarnar al luchador, Johnson se sometió a un riguroso entrenamiento con peleadores reales de MMA, ganando cerca de 13 kilos de músculo para replicar la fuerza y agilidad de Kerr.
- Benny Safdie filmó las intensas discusiones de la pareja (Mark y Dawn, interpretada por Emily Blunt) como una “versión verbal de luchadores en el octágono": con estrategias, resistencia emocional y golpes verbales “que duelen tanto como los físicos”.
- Johnson realizó un campamento de MMA y ajustó su físico con énfasis en músculo de contracción rápida (fast-twitch) para moverse como un verdadero heavyweight en el ring.
- El rodaje tuvo lugar en Vancouver, Nuevo Mexico y Japón.
- La película tuvo su estreno mundial en Venecia y premiere norteamericana en el TIFF.