2025 fue un año particularmente fértil para el cine de terror. No porque apostara únicamente por sustos fáciles o franquicias recicladas, sino porque el género volvió a incomodar, a hablar de pérdida, culpa, deseo, cuerpo, memoria y comunidad. Desde el horror sobrenatural hasta la ciencia ficción distópica, pasando por vampiros, rituales, pesadillas tecnológicas y terrores íntimos, estas doce películas definieron el pulso del miedo contemporáneo.
1. Sinners
El terror vampírico pocas veces se había sentido tan político y tan físico. Ambientada en la era de la prohibición, Sinners convierte un club nocturno en un campo de batalla donde la música, la identidad y la sangre se mezclan. La película utiliza el mito del vampiro como metáfora de explotación, pertenencia y violencia estructural, mientras construye una atmósfera sofocante que crece con cada canción. Fue una de las propuestas más estilizadas y feroces del año.
2. Bring Her Back
Más que una película sobre rituales, Bring Her Back es una historia sobre el duelo que se niega a desaparecer. El horror surge de la negación, de la incapacidad de aceptar la pérdida. Con una puesta en escena austera y brutal, la cinta logra ser más perturbadora que su predecesora espiritual, apostando por un terror emocional que no da tregua y que convierte la maternidad en un terreno profundamente oscuro.
3. The Ugly Stepsister
El body horror encontró en esta producción nórdica uno de sus discursos más incisivos. The Ugly Stepsister usa la estética del cuento de hadas para desmontar los estándares de belleza y exponer hasta dónde puede llegar la autoexplotación. Cada transformación corporal es incómoda, dolorosa y profundamente simbólica. Una película tan cruel como inteligente, que dejó huella por su radicalidad visual.
4. Weapons
Pocas películas lograron generar tanta conversación como Weapons. Su premisa —niños que desaparecen tras salir de casa voluntariamente— se despliega como un rompecabezas inquietante. El verdadero terror no está en lo sobrenatural, sino en la incertidumbre, en la culpa colectiva y en la fragilidad de la comunidad. Es una cinta que se cocina a fuego lento y que recompensa la paciencia con una tensión constante.
5. The Long Walk
La adaptación de la novela de Stephen King (firmada como Richard Bachman) no decepcionó. The Long Walk es un ejercicio de resistencia física y psicológica que convierte el caminar en una sentencia de muerte. Brutal, opresiva y sorprendentemente emocional, la película funciona como una crítica feroz al espectáculo del sufrimiento y al autoritarismo disfrazado de entretenimiento.
6. 28 Years Later
El regreso al universo iniciado por 28 Days Later fue más reflexivo de lo esperado. Aquí, el terror no solo viene de los infectados, sino de lo que queda de la humanidad después de décadas de encierro, violencia y adaptación. La cinta expande su mundo con inteligencia y ofrece algunas de las imágenes más desoladoras del año, confirmando que el apocalipsis también es psicológico.
7. Companion
El miedo tecnológico encontró una de sus expresiones más efectivas en Companion. Lo que comienza como una sátira romántica se transforma en una pesadilla sobre dependencia emocional, control y deshumanización. El robot acompañante no solo es una amenaza física, sino un espejo inquietante de nuestras relaciones modernas y del deseo de tener vínculos sin fricción.
8. Keeper
El terror rural y el aislamiento vuelven a demostrar su eficacia en Keeper. La película se apoya en el fuera de campo, en el silencio y en la sensación constante de que algo observa. Con una Tatiana Maslany impecable, el filme explora la vulnerabilidad emocional y el miedo a quedarse sola, convirtiendo el bosque en una presencia viva y hostil.
9. Together
El horror corporal pocas veces había sido tan íntimo. Together convierte una crisis de pareja en una experiencia sobrenatural donde el cuerpo se vuelve el campo de batalla. Las transformaciones físicas funcionan como metáfora del desgaste emocional y del miedo a perder al otro… o a uno mismo. Incómoda, visceral y sorprendentemente triste.
10. Black Phone 2
La secuela apostó por profundizar en el trauma más que en repetir fórmulas. Black Phone 2 entiende que sobrevivir no significa sanar y construye su terror desde las cicatrices psicológicas. El regreso del Captor, ahora desde lo sobrenatural, refuerza la idea de que el pasado nunca se va del todo. Una secuela sólida, oscura y emocionalmente más compleja.
11. Good Boy
Pocas películas lograron algo tan sencillo y tan efectivo: contar una historia de terror desde la mirada de un perro. Good Boy combina ternura y amenaza, usando la perspectiva animal para aumentar la tensión y el misterio. El resultado es una experiencia distinta, inquietante y sorprendentemente emotiva, que demuestra que el género aún puede innovar.
12. The Rule of Jenny Pen
El terror a la vejez encontró aquí una de sus representaciones más perturbadoras. Ambientada en un geriátrico, la película explora el miedo a no ser escuchado, a perder el control y a ser víctima de la crueldad impune. La marioneta Jenny Pen se convierte en un símbolo de poder y abuso, en una historia que incomoda porque se siente demasiado real.