En una era de pantallas y estímulos excesivos, el mayor de los lujos es un rato de relajación. En Canadá, ese anhelo de tranquilidad se materializa con aguas termales, camas de piedra calientes y hamacas preparadas para cualquier clima.
En los países nórdicos no tiene nada de raro pasar un rato en el sauna ni darse un chapuzón en un lago de agua verdaderamente fría. En especial cuando las actividades se hacen juntas, en el orden sugerido y seguidas de un rato de descanso. Además de ser una tradición milenaria, la hidroterapia con choques térmicos está asociada con mejoras en la circulación.
La apertura de Scandinave Spa Mont-Tremblant, en la década de 1990, marcó la llegada de estos espacios a Canadá. Con adaptaciones culturales que incluyen más maple y menos desnudos, el auge de los spas nórdicos se dio sin mucho esfuerzo. Hoy, el concepto está presente a lo largo y ancho del país y en destinos tan diversos como Whistler, Winnipeg y Whitehorse.
En este artículo te presentamos cuatro spas que combinan lo mejor de dos mundos: la tradición nórdica y los paisajes canadienses. A cambio de guardar silencio y despedirse del celular un rato, estos santuarios prometen relajación luego de esquiar, cazar auroras boreales o descubrir tesoros urbanos. En nombre del silencio, estos espacios son solo para adultos.
Whistler, Columbia Británica
Las montañas estrella de la Columbia Británica no son solo para esquiar. Rodeado de coníferas como cedros rojos y piceas, el Scandinave Spa Whistler ofrece diferentes espacios para completar un ciclo termal con baño de bosque.
Jacuzzis, albercas de agua caliente, vapores con esencias naturales y saunas a la leña, son solo algunos de los espacios destinados a la relajación. Luego de un chapuzón o un chorro de agua helada, el descanso tiene lugar en hamacas con calefacción o al calor de una fogata.
La entrada incluye acceso ilimitado a todos los espacios que forman parte del ciclo térmico. Scandinave Spa Whistler ofrece también masajes con costo adicional, ideales para relajar los músculos luego de un par de días en las pistas del centro de esquí más grande de América.
Winnipeg, Manitoba
¿Una experiencia de spa nórdico en una ciudad conocida por tener uno de los inviernos más fríos del mundo? Sí, así como lo lees. En Winnipeg, la capital de la provincia de Manitoba, Thermea Spa Village saca provecho al clima extremo de las praderas y ofrece muchas oportunidades para entrar en calor.
Ubicado a orillas del río Red, este complejo cuenta con albercas de diferentes temperaturas, saunas secos estilo finés y vapores con aceites esenciales. A la experiencia se suman los rituales colectivos, en los que el sauna se convierte en un espacio de meditación grupal guiada.
La entrada incluye acceso ilimitado a las instalaciones termales y los rituales grupales. Además, Thermea ofrece masajes, un bar con cerveza local y un restaurante que sirve productos locales de temporada. La terna anterior, con costo adicional.
Whitehorse, Yukón
La capital del territorio del Yukón, con fama de ser la última frontera canadiense, no es precisamente conocida por su oferta de spas. De hecho, hasta hace poco tiempo, resultaba impensable un santuario termal en estas latitudes casi boreales.
Eclipse Nordic Hot Springs abrió sus puertas en 2022. El complejo está ubicado en una fuente termal y sus múltiples albercas tienen agua de origen manantial. El nombre, más que una estrategia de marketing, hace justicia al recinto.
Eclipse cuenta con albercas de diferentes tamaños y temperaturas, tinas individuales de arcilla japonesa, vapores y saunas. Durante el invierno, gracias a su ubicación a las afueras de Whitehorse, este spa nórdico puede sorprender a las visitas con atisbos de auroras boreales.
Ottawa/Chelsea, Quebec
La localidad de Chelsea, en la provincia de Quebec, es hogar del spa nórdico más grande del continente americano. Ubicado a solo 16 kilómetros de Ottawa, la capital de Canadá, Nordik Spa es el lugar ideal para desconectarse de la política y reconectar con la naturaleza.
Zonas de silencio, camas de piedra calientes y tiendas inspiradas en los yurts de Mongolia, son algunos de los espacios disponibles para completar el ciclo térmico en este spa. Rodeado de árboles caducifolios, el complejo es especialmente seductor en los meses otoñales.
La entrada incluye acceso ilimitado a la mayoría de las instalaciones. Algunas experiencias premium, como la alberca con agua salada diseñada para flotar, tienen un costo adicional. Nordik Spa ofrece también masajes y un restaurante con cocina saludable de temporada.
Marck Guttman es fotógrafo, escritor y partidario del turismo sostenible y la conservación. Dirige el blog Don Viajes y ha publicado más de mil historias en medios como El Financiero y Esquire. Las montañas son su lugar feliz y el pan dulce su primer amor.