¿Qué es el Salto Base? Lo que debes saber sobre la aventura más libre y riesgosa en la naturaleza

Si lo tuyo son las emociones fuertes, el vértigo controlado y el contacto puro con la naturaleza en estado salvaje, el salto base es el deporte que lo tiene todo… menos margen de error.

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GETTY IMAGES

El salto base (o BASE jumping, en inglés) es simple de explicar pero complejo de dominar: saltas desde un punto fijo muy alto —como un edificio, una antena, un puente o un acantilado—, caes libremente por unos segundos y luego abres un paracaídas para aterrizar sano y salvo. Y si todo sale bien, repites.

El nombre BASE no es casual: es un acrónimo de los cuatro tipos de estructuras desde las que se puede saltar:

Building (Edificio)

Antenna (Antena)

Span (Puente o viaducto)

Earth (Tierra: acantilados, cimas naturales)

En otras palabras: desde cualquier punto alto que le grite a tu instinto de aventura “¡salta!”.

¿En qué se diferencia del paracaidismo?

Aunque ambos deportes implican lanzarse al vacío con un paracaídas, hay diferencias clave que convierten al salto base en un reto completamente distinto:

  • El salto base puede hacerse desde tan solo 150 metros. El paracaidismo, en cambio, exige al menos 1,000 metros.
  • El paracaidismo está regulado y es legal en la mayoría de países. El salto base, no tanto. En algunos lugares es incluso ilegal.
  • En paracaidismo se usa uno principal y uno de reserva. En salto base solo hay uno.
  • En paracaidismo hay dispositivos que abren el paracaídas si algo falla. En salto base no.
  • Las estadísticas no mienten: el salto base es de 5 a 8 veces más peligroso que el paracaidismo.
  • El salto base es adrenalina pura, sin red de seguridad.

El equipo del base jumper

Para lanzarte al vacío con estilo (y algo de seguridad), necesitas tres elementos fundamentales:

Paracaídas tipo “Ram Air”: Más pequeño y maniobrable, ideal para la baja altura.

Wingsuit (opcional): Ese traje con alas que te hace parecer una ardilla voladora. No es obligatorio, pero añade planeo y precisión.

Casco: Ligero, resistente y no negociable. El riesgo de impacto es real.

Todo debe caber en una mochila compacta que se lleva hasta el punto de salto. Ligero, funcional y letal si lo usas mal.

¿Cómo se hace un salto base?

Dominar esta disciplina requiere entrenamiento, técnica y temple de acero. El proceso se divide en tres etapas:

1. Aproximación

Llegar al punto de salto es toda una aventura. Puede ser una caminata, una escalada o un acceso restringido. La ruta ya es parte del desafío.

2. El salto

La clave está en cómo saltas. Debes impulsarte hacia adelante, mantener la postura boca abajo, y nunca —jamás— perder la orientación. Cualquier error en los primeros segundos puede ser fatal.

3. Vuelo y aterrizaje

Con el cuerpo en caída libre, debes evitar obstáculos como árboles, rocas o estructuras. Cuando el suelo se aproxima, abres el paracaídas, maniobras el aterrizaje y rezas que todo funcione. Porque si algo falla, no hay vuelta atrás.

¿Y cuántos mueren haciendo salto base?

Según un estudio en Noruega (1995-2005), se registraron 9 muertes en 20,850 saltos, lo que equivale a una tasa de fatalidad del 0.04%. Es decir: 1 muerte por cada 2,317 saltos.

No suena tan mal… hasta que piensas que en otros deportes la probabilidad es diez veces menor.

Casi todas las muertes ocurrieron por impacto con el entorno. No por fallas del equipo, sino por errores humanos o decisiones arriesgadas.

¿Cómo empiezo si quiero hacerlo?

Primero, olvídate del salto base. Sí, leíste bien.

Empieza por paracaidismo tradicional. Necesitas muchas horas de vuelo, aprender a estabilizarte en el aire, controlar tu cuerpo y responder ante situaciones inesperadas.

Luego, cuando domines el paracaidismo, podrás considerar el salto base. Incluso entonces, la mayoría de instructores te dirán que practiques durante meses antes de intentar tu primer salto base.

No es un hobby. Es una forma de vida.

¿Quién fue el loco que lo inventó?

La versión moderna del salto base nació en 1978 de la mano del cineasta Carl Boenish, quien documentó los primeros saltos desde “El Capitán”, una enorme formación rocosa en Yosemite, California.

Junto a su esposa Jean, y dos amigos más, Carl fundó lo que hoy es una comunidad global de base jumpers. De hecho, fue él quien acuñó el término BASE.

Carl murió en 1984… haciendo un salto base.

El salto base es libertad total. Es volar sin motor, sin cabina, sin piloto automático. Es una danza con la gravedad donde todo depende de ti. Pero esa libertad tiene un precio: riesgo, disciplina y respeto absoluto por el vacío. No es para todos. Pero quienes lo practican no lo cambiarían por nada. ¿Te atreverías?

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