Aristóteles (384 a. C. - 322 a. C.) fue un hombre de conocimiento. A lo largo de su vida mostró un fuerte interés por varias disciplinas. De modo que, al día de hoy, además de filósofo se le recuerda como politólogo, científico y hasta médico. Destacó aparte de su versatilidad y pasión por el mundo epistemológico, por buscar la verdad, aun cuando esta exigiera ir en contra de la gente más influyente y poderosa.
Con todo, Aristóteles siempre dio un lugar prioritario a la experiencia, considerándola la fuente por antonomasia del conocimiento. La curiosidad insaciable de este filósofo lo llevó a aprender de todo y de todos. Por consiguiente, desarrolló una amplia sabiduría que hasta hoy se cita y se le considera una de las más relevantes del pensamiento Occidental.
Pensamientos de Aristóteles
“Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama”.
“La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar su apariencia”.
“Las ciencias tienen las raíces amargas, pero muy dulces los frutos”.
“La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas”.
“La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicarlo en la práctica”.
“La esperanza es el sueño del hombre despierto”.
“El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.
“El amigo de todo el mundo no es un amigo”.
“La sabiduría es un adorno en la prosperidad y un refugio en la adversidad”.
“En las adversidades sale a la luz la virtud”.
“El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice”.
“El aprendizaje no es un juego de niños; no podemos aprender sin dolor”.