Te contamos qué hace únicos a los frutos rojos en materia de sus beneficios. Te sorprenderá lo mucho que te pueden ayudar.
Los frutos rojos, bayas, o frutos del bosque, tienen las propiedades superficiales de ser llamativos visualmente y de ofrecer sabores amigables a nuestro paladar. Han ganado popularidad en dietas más variadas que buscan dar sus beneficios, pues resulta que sí, son alimentos extraordinarios.
Para que te vayas dando una idea, en este grupo se inscriben frutas como el arándano, la cereza, la grosella, la mora y la fresa. Todos estos, según han visto estudios, tienen bondades para nuestra salud, mismas que descansan en sus compuestos, como ácidos orgánicos, fenoles, y azúcares.
A grandes rasgos, podemos ir diciendo que los frutos rojos mejoran tanto la salud mental como la física y facilitan la prevención de diversas enfermedades no transmisibles, como las neurológicas, cardiovasculares, diabetes mellitus, obesidad, osteoartritis y algunos tipos de cáncer, según fuentes especializadas. Pero vamos a ver un poco más.
Los beneficios de las frutas del bosque
Ricos en antioxidantes
De acuerdo con un estudio, los arándanos, las moras y las frambuesas tienen la mayor actividad antioxidante de las frutas que se consumen habitualmente.
Recuerda: la importancia de los antioxidantes radica en que estos protegen del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que pueden afectar las células y contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardíacas y envejecimiento prematuro.
Protección a las células de los niveles altos de azúcar
Estudios han demostrado que los frutos rojos pueden proteger a las células de los niveles altos de azúcar en sangre, ayudar a aumentar la sensibilidad a la insulina y reducir la respuesta del azúcar en sangre.
Ayuda en la reducción del colesterol
En casos de personas con obesidad o síndrome metabólicos, las frambuesas negras y las fresas ayudan a reducir el colesterol. Además, las bayas pueden ayudar a prevenir la oxidación o el daño del colesterol LDL, factor de riesgo que favorece enfermedades cardiacas.