¿Cuándo se quita el Árbol de Navidad?

La respuesta corta es simple: depende. Y la larga tiene que ver con religión, costumbres regionales, historia familiar y, claro, con las ganas (o la flojera) de desmontarlo.

Cada año, después de Año Nuevo, surge la misma duda en muchas casas: ¿cuándo se debe quitar el Árbol de Navidad? Algunos lo desmontan de inmediato, otros esperan semanas y hay quienes lo conservan hasta febrero. La tradición ofrece varias respuestas y ninguna es absoluta. Todo depende de la cultura, la religión y las costumbres familiares que se han transmitido con el tiempo. Entender de dónde vienen estas fechas ayuda a decidir cuándo es el momento adecuado para decirle adiós al árbol y cerrar oficialmente la temporada navideña.

El Día de Reyes: el final “oficial” de la Navidad

En muchas culturas occidentales, especialmente en países de tradición católica, el momento más aceptado para quitar el Árbol de Navidad es después del Día de Reyes, es decir, a partir del 7 de enero. El 6 de enero se conmemora la llegada de los Reyes Magos al pesebre de Jesús, a quien, según el relato bíblico, ofrecieron oro, incienso y mirra. Para muchas familias cristianas, este acontecimiento marca el cierre simbólico de la temporada navideña.
Bajo esta lógica, el árbol cumple su ciclo completo: acompaña el nacimiento, la celebración y finalmente la visita de los Reyes. Una vez que eso ocurre, desmontarlo no solo es práctico, sino coherente con la tradición.

La Octava de la Epifanía: un poco más de paciencia

Hay quienes prefieren esperar unos días más y retirar el árbol hasta el 14 de enero, un día después de la llamada Octava de la Epifanía. Esta costumbre, menos conocida pero aún vigente en algunos hogares, extiende la celebración y le da un cierre más pausado a la Navidad. Es una forma de despedirse sin prisas, algo que resulta especialmente atractivo cuando enero llega con trabajo, pendientes y realidad.

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La Candelaria: alargar la magia hasta febrero

En México, existe otra fecha muy popular: el 2 de febrero, Día de la Candelaria. Aunque no es una regla estricta, muchas familias mantienen el árbol hasta ese día, sobre todo porque está directamente ligado al Día de Reyes. La Candelaria conmemora la presentación de Jesús en el templo y, en la práctica moderna, se celebra con tamales que pagan quienes sacaron el “muñequito” en la Rosca de Reyes.
Para quienes aman la temporada decembrina, esta fecha funciona como una excusa perfecta para alargar un poco más el espíritu navideño y despedirse del árbol con ceremonia… y comida incluida.

Entonces, ¿cuál es la fecha correcta?

Cuando se habla de tradiciones, no hay verdades absolutas. La fecha “correcta” para quitar el Árbol de Navidad depende de tu contexto cultural, tus creencias, el ritmo de tu vida diaria y las costumbres que aprendiste en casa. Hay personas que lo quitan el 1 de enero sin remordimientos y otras que lo conservan hasta febrero con total orgullo. Ninguna opción es incorrecta.

Un desmontaje sin estrés (y sin dramas)

Más allá de la fecha, algo que casi todos compartimos es que quitar el árbol puede ser cansado. La recomendación más sensata es no hacerlo todo de golpe. Retirar primero las esferas, luego la escarcha, después las luces y finalmente el árbol en sí puede convertir una tarea pesada en un proceso más llevadero. Guardar cada cosa en su empaque original y limpiar el espacio al final ayuda a cerrar el ciclo de forma ordenada y, por qué no, un poco terapéutica.
Al final, quitar el Árbol de Navidad no es solo una tarea doméstica: es un gesto simbólico. Marca el momento en el que dejamos atrás las fiestas y regresamos, poco a poco, a la rutina. Por ello, hacerlo cuando a ti te haga más sentido también es parte de la tradición.

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