2025 fue un año brutal para el heavy metal (al igual que para el rock clásico). No porque todos los discos hayan sonado igual de duros, sino porque el género volvió a demostrar algo que a veces se olvida: el metal no es una fórmula, es una actitud. En un mismo año convivieron el thrash veterano, el death progresivo, el metal híbrido que coquetea con el pop y mucho más.
Estas diez canciones no solo representan lo mejor del metal del año, sino también su diversidad. Aquí hay himnos para levantar el puño, piezas introspectivas para escucharse a solas, experimentos que rompen etiquetas y recordatorios de por qué este género sigue tan vivo como siempre.
10-Deafheaven - “Winona”
Disco: Lonely People With Power
“Winona” encapsula todo lo que hace grande a Deafheaven. La canción arranca envuelta en una atmósfera onírica, casi frágil, que poco a poco va acumulando tensión hasta estallar en un ataque de black metal feroz. Lo impresionante no es el contraste, sino cómo ambos mundos conviven sin anularse. Cuando la intensidad baja hacia el final, no se siente como un cierre, sino como una exhalación. Deafheaven vuelve a demostrar que su fuerza está en el manejo de las dinámicas y en esa mezcla de belleza y violencia que pocos dominan.
9-Sabaton, “Templars”
Disco: Legends
Sabaton abre Legends con una declaración de intenciones: esto es épico, oscuro y diseñado para cantarse en estadios. “Templars” tiene un aire sombrío poco habitual incluso para ellos, muy acorde con la temática medieval que aborda. No es una canción que busque sorprender a quienes ya conocen a la banda, pero sí funciona como una puerta de entrada impecable para nuevos oyentes. Cada riff, cada coro, cada golpe de batería está ahí para construir grandeza. Sabaton sigue escribiendo himnos, y este es otro más para el arsenal.
8-Babymetal Ft. Poppy – “From Me to U”
Disco: Single
Lo que hace especial a “From Me to U” no es solo la colaboración —que ya de por sí llama la atención—, sino la manera en que ambas propuestas se entienden sin estorbarse. BABYMETAL sigue jugando con ese pop-metal hiperactivo que parece diseñado para explotar en directo, pero aquí encuentra un contraste perfecto en Poppy, que entra con gritos ásperos y una presencia mucho más oscura. El resultado no es un choque de estilos, sino una conversación: melodía contra brutalidad, dulzura contra amenaza.
7-Volbeat - “By a Monster’s Hand”
Disco: God of Angels Trust
Volbeat siempre ha sabido escribir canciones grandes, pero en “By a Monster’s Hand” hay algo más turbio de lo habitual. Los riffs pesan, la batería golpea con intención casi marcial y el tono general es más siniestro, como si la banda hubiera decidido apagar un poco las luces. El cambio de ritmo a mitad del tema es clave: ahí Volbeat se suelta, acelera el pulso y recuerda que también sabe sonar peligroso cuando quiere. No reinventa su fórmula, pero la afila.
6-Dream Theater - “Midnight Messiah”
Disco: Parasomnia
Ocho minutos pueden sonar intimidantes, pero “Midnight Messiah” fluye con naturalidad. Dream Theater entiende aquí algo clave: no todo tiene que ser virtuosismo desbordado. El riff principal es pegajoso, el coro entra con fuerza y el tempo, ligeramente por encima del medio tiempo, permite que la canción respire. Hay una tensión constante, casi fúnebre, que intenta frenar el avance, y justo por eso el coro se siente tan liberador. Es progresivo, sí, pero también es rock directo, y ese equilibrio lo convierte en uno de los momentos más disfrutables de Parasomnia.
5-Rivers of Nihil - “The Sub-Orbital Blues”
Disco: Rivers of Nihil
Con esta canción, Rivers of Nihil no solo abre su nuevo disco: redefine su identidad. “The Sub-Orbital Blues” combina voces limpias y guturales con una naturalidad envidiable, siempre sostenidas por esa agresividad dinámica que caracteriza a la banda. Las armonías, casi celestiales en ciertos momentos, añaden una dimensión inesperada que no resta brutalidad, sino que la potencia. Es death metal progresivo en estado puro, técnico pero emocional, complejo pero adictivo.
4-Coroner - “Renewal”
Disco: Dissonance Theory
El regreso de Coroner podría haber sido solo un ejercicio de nostalgia, pero “Renewal” deja claro que no es el caso. Aquí hay una banda que suena revitalizada, técnica como siempre, pero con un equilibrio muy fino entre agresión y melodía. Los riffs son complejos sin ser pretenciosos, y cuando aparece ese groove aplastante alrededor del minuto 2:45, todo encaja. Es thrash técnico con colmillo, con experiencia, con la seguridad de quien no necesita demostrar nada.
3-Agriculture – “Bodhidharma”
Disco: The Spiritual Sound
“Bodhidharma” es una canción que exige paciencia y una escucha atenta. Agriculture juega con la tensión de forma magistral: riffs cercanos al stoner metal, densos y decididos, se disuelven de pronto en pasajes de silencio, voces susurradas y espacios casi incómodos. Es en esas pausas donde la canción respira y se prepara para el golpe. Cuando la distorsión regresa, lo hace con más fuerza, especialmente en su tramo final, donde los riffs y las voces agresivas caen como un alud.
2-Testament - “Infanticide A.I.”
Disco: Para Bellum
Hablar de tecnología en el metal es un campo minado, pero Testament pisa firme. “Infanticide A.I.” es rápida, urgente y furiosa, con blast beats que transmiten sensación de colapso inminente. Chuck Billy dispara líneas apocalípticas sin sonar caricaturesco, y el mensaje va más allá del miedo a la inteligencia artificial: el verdadero terror es la pérdida de humanidad. Es thrash con cerebro, con rabia bien dirigida y con un pulso que demuestra que Testament sigue siendo relevante, no solo ruidoso.
1-Sleep Token, “Caramel”
Disco: Even in Arcadia
“Caramel” es la canción que redefinió el año. No porque sea la más pesada, sino porque es la más honesta y ambiciosa. Sleep Token construye un viaje que empieza con electrónica mínima, crece lentamente, se atreve con un beat de reguetón, suma capas atmosféricas y culmina en un golpe justo cuando menos lo esperas. Después, todo se desnuda otra vez. La letra, vulnerable y directa, expone la lucha con la fama y la intimidad perdida. Es una canción que trasciende géneros y confirma que el metal también puede ser profundamente humano.
