Matthew McConaughey comparte pantalla con su hijo en The Lost Bus

Con la co-actuación de America Ferrera y la producción de Jamie Lee Curtis, la cinta dirigida por Paul Greengrass recrea una inspiradora historia de resiliencia.

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En The Lost Bus, Matthew McConaughey interpreta a un padre que, ante el comienzo de un gran incendio, debe decidir entre ayudar a un grupo de niños de una escuela o volver a casa para poner a salvo a su propio hijo.

La historia, basada en el libro Paradise: One Town’s Struggle to Survive an American Wildfire de Lizzie Johnson, relata los sucesos ocurridos en Paradise, California en 2018, y conecta al actor no solo con la tragedia real, sino también con su hijo Levi, con quien comparte crédito en pantalla.

Un hijo que persevera…

Aunque inicialmente el actor de proyectos como Dallas Buyers Club y Interstellar comentó a su familia los detalles de este proyecto y su hijo Levi expresó interés, él quería asegurarse de que realmente estuviera comprometido.

“Volvió un par de días después, y me dijo: ‘¿Puedo presentar una audición?’ Volvió cuatro veces, y después de la cuarta vez, ya le dije: ‘Sí, puedes’, contó McConaughey en entrevista durante el Toronto International Film Festival (TIFF).

Entonces el actor lo ayudó a grabar la audición en su teléfono, aunque decidió quitar el apellido de su hijo para evitar favoritismos. En cuanto el director Paul Greengrass lo vio, lo eligió de inmediato.

Dos héroes de carne y hueso

La película que estrenará el 3 de octubre en Apple TV+, rinde homenaje a la comunidad de Paradise, arrasada por el Camp Fire de 2018 (el incendio más devastador registrado en la historia de California) pero sobre todo, celebra a dos héroes: Kevin McKay, el chofer de autobús que condujo a salvo a 22 niños, y Mary Ludwig, la maestra que los acompañaba en medio del incendio.

Para dar vida a estos personajes, tanto McConaughey como America Ferrera tuvieron la oportunidad de reunirse con los verdaderos Kevin y Mary y conocer de primera mano su experiencia, aunque sus actuaciones incluyen también elementos de ficción.

“Con un personaje ficticio, puedes recurrir a tu imaginación más rápidamente. Cuando haces algo basado en hechos reales o inspirado en ellos, siempre procuro recurrir primero al texto, a la realidad (lo que realmente sucedió); ver qué me inspiró antes de dejar volar mi imaginación. Al mismo tiempo, no estamos haciendo una biografía ni un documental. Así que nos tomamos ciertas licencias dramáticas para hacer la historia más entretenida, pero está basada en hechos reales”, compartió McConaughey.

“Mary fue muy generosa y dedicó mucho tiempo a hablar conmigo y respondió a todas mis preguntas. Fue realmente valioso escucharla hablar sobre los muchos roles y responsabilidades que tuvo que asumir en ese viaje de seis horas en el autobús. Tenía que desempeñar el papel de maestra para mantener a los niños a salvo físicamente, pero también estaba profundamente preocupada por mantenerlos a salvo emocionalmente y tratar de mitigar el trauma emocional que experimentaron”, contó Ferrara tras la premiere en el Toronto International Film Festival (TIFF).

La realidad se mezcla con la ficción

The Lost Bus fue producida por la también actriz Jamie Lee Curtis y dirigida por Paul Greengrass(nominado al Oscar por United 93), pero desde el inicio, la actriz descubrió que tenía una conexión muy especial tanto con Kevin como con Mary.

“Cuando llamé por primera vez a Kevin McKay, me dijo: ‘Jamie, tenemos una conexión rara’. Y Yo: ‘¿Ah, sí? ¿Cuál?’. Él: ‘El último recuerdo feliz que tuve con mi madre’ (quien estaba muy enferma y murió poco después del incendio) fue que fuimos a ver Halloween, que salió en octubre de 2018. Luego llamé a Mary Ludwig —quien estaba más cauta con la idea de una película— y me dijo: ‘Jamie, tú y yo tenemos una conexión rara’. Yo: ‘¿De veras? ¿Cuál?’. ‘Mi padre salió con tu madre’. Yo: ‘¡¿Qué!?’. ‘En Merced, California, cuando tu madre era Jeanette Helen Morrison’”, rememoró Lee Curtis.

Además de ser el enlace entre Kevin, Mary y la producción, como productora su prioridad era contar esta historia con integridad.

“Durante ocho horas, el autobús estuvo realmente perdido... la razón por la que nuestra película se llama así es porque durante ocho horas nadie supo dónde estaban esos niños porque no había comunicación. Todo se cortó. No había radio, celulares, nadie sabía nada. Por eso creo que la responsabilidad es contarlo con integridad y veracidad, y no ocultarlo, porque la gente necesita ver qué sucede. Es una película intensa, pero a la vez hermosa”, subrayó la actriz.

De la cámara documental al lenguaje del cine

La película no solo honra la historia real de Paradise, también funciona como un emocionante viaje cinematográfico gracias a la mirada de Greengrass, quien tiene experiencia como documentalista y mantiene ese bagaje en su forma de filmar.

“Nunca fui periodista de prensa escrita; trabajé en documentales en televisión. Eran programas con filo periodístico, y pasé mis veintes yendo a lugares conflictivos para traer esas historias. Eso me marcó: ver el mundo en conflicto de cerca, y documentarlo con cámaras. Luego, al pasar al cine, me encontré con la paradoja: en el documental observas la realidad; en el cine, la creas. Me costó años reconciliar ambos impulsos. Pero esas bases periodísticas se quedaron conmigo”, relató Greengras.

El realizador compartió que le tomó casi una década encontrar un estilo que equilibrara su instinto periodístico con la narrativa cinematográfica. Ese enfoque, asegura, ha marcado su trayectoria y está en el centro de The Lost Bus.

“Esos instintos periodísticos y documentales: qué es la realidad, cómo se ve, y cómo se captura, se han quedado conmigo toda mi vida como cineasta. Y en esta película estaban en el corazón de lo que quería lograr: recrear lo que debió sentirse al estar en medio de un evento como ese”, enfatizó.

También, resultaba clave que la cinta mostrara la tensión de personajes enfrentados a la pregunta de si reaccionaron demasiado tarde, un dilema que conecta con nuestra realidad.

“Todas las líneas narrativas que se cruzan en ella giran en torno a esa pregunta: ‘¿Habrá sido demasiado tarde?’. Creo que esa es también la historia de nuestro mundo hoy.

“He hecho varias películas basadas que se inspiran en hechos reales de una forma u otra, y siempre hay que tener un sentido de responsabilidad tanto por los hechos tal como fueron —o son—, pero también por el impacto de la película en el mundo real… Si tienes suerte y aciertas, y todo funciona, tus películas reflejarán de alguna manera una verdad mayor”, destacó.

El impacto de esa conexión entre cine y realidad se hizo aún más evidente al final de la producción, cuando nuevos incendios azotaron los alrededores de Los Ángeles, en enero de 2025.

“Recuerdo que estábamos a solo dos semanas de terminar la película; estábamos en la etapa final de mezcla de sonido, cuando comenzaron los incendios de Los Ángeles. Fue impactante, inquietante, surreal y terrible. William Goldenberg, quien editó la película tan maravillosamente, tuvo que salir corriendo porque su familia estaba ahí y casi pierde su casa. La realidad irrumpió en la película, o la atravesó por completo”, remarcó el realizador.

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La hora mágica que transformó el rodaje

Además de lidiar con el fuego real, que se recreó mediante tuberías de gas en un set con un autobús escolar auténtico y en movimiento, el rodaje se realizó en carreteras verdaderas, con McConaughey al volante, Ferrera dentro del vehículo y los niños actores compartiendo horas enteras de filmación. El director buscaba que la película transmitiera la sensación de estar en medio de un incendio masivo, donde el humo y el sol transforman por completo el ambiente.

“La luz es crucial para transmitir la realidad de un gran incendio. Porque lo que ocurre en estos grandes incendios es que muy, muy rápidamente, debido a la subida del humo, el sol se tapa y la luz se vuelve muy opaca y extraña. Es como un eclipse muy profundo. Todos estos eventos ocurrieron a media mañana; ese fue, sin duda, el mayor reto, ¿cómo crear esa iluminación donde no hay luz y, sin embargo, se puede ver? Para lograrlo, lo más cercano a la realidad es lo que en la industria llamamos ‘hora mágica’, que es ese breve lapso al final del día, antes de que anochezca”, explicó el director.

De este modo, filmaban solo en un periodo de una hora al día, salvo las secciones de luz diurna, al principio y al final de la película.

“Salíamos y pasábamos todo el día ensayando para que todos los vehículos estuvieran listos, las tuberías de gasolina listas, los quemadores listos, todos los problemas de seguridad resueltos. Ensayábamos la escena con Matthew, América y los niños”, detalló el director.

Tras ensayar tanto los aspectos técnicos, como con los actores, filmaban con el autobús moviéndose en condiciones que imitaban esa luz.

“Luego podíamos salir y mover el autobús por un espacio real con una iluminación similar a la del eclipse. Y esa fue la clave, creo, para darle esa sensación inquietante de realidad”, agregó.

Un consejo a las nuevas generaciones

Greengrass aprovechó para compartir un mensaje dirigido a quienes buscan abrirse camino en el cine.

“Debes hacer la película que tú ves, no la que crees que la gente quiere ver. No hagas la película que alguien más piensa que deberías hacer, o la que la gente quiere ver. Quédate con lo que tú quieres decir. Si te mantienes fiel a eso, no te equivocarás demasiado. Y si no resulta, al menos tendrás que culparte solo a ti mismo, y ese siempre es el mejor lugar. Sé fiel a ti mismo sin preocuparte demasiado por lo que hacen los demás. Y practica tu oficio”, aconsejó.

El director añadió que todo proceso creativo comienza por definir con claridad lo que se quiere expresar; y a partir de ahí, las palabras e imágenes suelen encontrar su rumbo.

“De alguna manera, mientras haces más películas y te vuelves un poco mayor —y, con suerte, también un poco más maduro—, ganas más confianza para aferrarte a lo que quieres decir y confiar en ello”, concluyó.


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