La teoría más inquietante sobre El juego del calamar temporada 3

Promete empujarnos a preguntarnos hasta dónde llega la empatía en un mundo donde solo puede quedar uno.

la-teoria-mas-inquietante-sobre-el-juego-del-calamar-temporada-3.jpg

NETFLIX

A pocos días del estreno de la tercera temporada de El juego del calamar, programado para el 27 de junio de 2025, los fanáticos de esta brutal serie surcoreana no solo están contando las horas, también están alimentando una de las teorías más perturbadoras hasta ahora. Y esta vez, no se trata de máscaras o reglas retorcidas, sino de algo mucho más humano: un embarazo… y su trágico potencial en medio del caos.

Todo gira en torno a Jun-hee, jugadora 222, encarnada por la cantante y actriz Jo Yu-ri. En la segunda temporada, Jun-hee reveló que estaba embarazada, y ahora, según una teoría surgida en Reddit, este embarazo se convertirá en un eje dramático cargado de tensión emocional y brutalidad psicológica.

Un triángulo fatal

El punto de partida es claro: Jun-hee, su exnovio Myung-gi (jugador 333) y una aparente nueva cercanía entre ella y Hyun-ju (jugadora 120). Los fans especulan que Myung-gi, impulsado por celos, podría convertirse en una amenaza directa. ¿El detonante? El creciente vínculo entre Jun-hee y Hyun-ju que, en medio de un entorno donde la confianza es un lujo, podría desencadenar una tragedia inevitable.

El posible escenario: un conflicto sangriento que acabe con Hyun-ju como víctima, Jun-hee marcada por el trauma y Myung-gi al borde del colapso. En una serie conocida por sus vueltas de tuerca y su desprecio por la piedad, este drama interno tiene todas las de convertirse en uno de los puntos más oscuros de la temporada.

Juego nuevo, reglas más salvajes

Otra pieza clave de esta teoría es la supuesta dinámica de un nuevo juego. Olvídate de alianzas: aquí, los jugadores se dividirían en dos grupos, rojo y azul. Los azules obtienen una llave, los rojos un arma. Todos contra todos. ¿El objetivo? Aún no está claro, pero los fans lo describen como una carnicería sin precedentes.

En este contexto, Jun-hee —embarazada y emocionalmente frágil— se convierte en un blanco fácil o, peor aún, en una pieza estratégica. ¿Protegerla? ¿Usarla como moneda de cambio? ¿Deshacerse de ella? Las posibilidades son inquietantes.

El llanto que encendió las alarmas

Todo explotó con el teaser más reciente. Entre sombras, respiraciones agitadas y tensión a flor de piel… un llanto de bebé. Solo unos segundos, pero suficientes para incendiar las redes. ¿Es real? ¿Jun-hee da a luz dentro del juego? ¿Sobrevive el niño?

Algunos especulan que Geum-ja (jugadora 149) podría asumir el rol de improvisada partera. Pero esto no es Grey’s Anatomy; es El juego del calamar. Recursos médicos limitados, enemigos por doquier y reglas que cambian con cada minuto. El resultado podría ser devastador.

Claro, también existe la posibilidad de que todo sea una ilusión, una trampa visual. Una pesadilla de Jun-hee. Una manipulación de los organizadores. O simplemente una forma más de mantenernos al borde del asiento antes del estreno.

Cuando la humanidad es una amenaza

Si esta teoría se confirma, estaríamos ante una de las temporadas más crudas y emocionalmente brutales de El juego del calamar. Un parto en condiciones inhumanas. Decisiones impulsadas por celos. Vidas arrasadas por el miedo, la estrategia y la supervivencia.

Y eso, justamente, es lo que ha hecho de esta serie un fenómeno global: su capacidad para combinar crítica social, espectáculo violento y dilemas profundamente humanos. La tercera temporada no solo promete más sangre. Promete empujarnos a preguntarnos hasta dónde llega la empatía en un mundo donde solo puede quedar uno.

Te interesará
Estos álbumes forman una constelación de sonidos que orbitan alrededor de la misma idea: la emoción como arte mayor.
Después de tres nominaciones (2020, 2023 y ahora 2025), el reconocimiento a Soundgarden consagra su legado como una de las bandas que redefinió el sonido del rock en los noventa.
Drama y terror psicológico en una nueva producción japonesa
Desde hace más de cinco décadas, los australianos han convertido la electricidad en religión, el riff en lenguaje universal y el escenario en campo de batalla.
Con Badlands, el universo Predator da un paso diferente: más introspectivo, más visual, y con un aire de ópera salvaje. No hay marines, ni junglas terrestres, sino una odisea alienígena que expande el mito del cazador desde dentro.