¿Te imaginas tener un asistente personal que no duerme, no se cansa y no te cobra por hora? Bienvenido a la era de la inteligencia artificial. Con la herramienta adecuada —en este caso, ChatGPT— puedes delegar tareas, mejorar tu productividad y hasta parecer más inteligente de lo que eres en reuniones. Pero para lograrlo, necesitas algo más que pedirle “hazme un resumen”. Aquí te cuento cómo transformar a esta IA en tu mano derecha, ideal para cualquier hombre que valora su tiempo y quiere más control sobre su vida diaria.
Paso 1: ChatGPT no es Google, es mejor si sabes cómo usarlo
Lo primero que tienes que entender es esto: ChatGPT no es un buscador. Si le haces preguntas vagas como “¿qué hay para cenar?” o “dime algo interesante”, probablemente no te impresione. Pero si le das instrucciones claras, estructuradas y con contexto, la cosa cambia. No se trata de preguntar. Se trata de dar órdenes bien diseñadas. Aquí entra en juego el arte del prompting, o cómo hablarle a tu asistente para que entienda exactamente lo que quieres.
Paso 2: La fórmula secreta para pedirle las cosas
Para que ChatGPT brille, necesitas estructurar tus peticiones así: [Rol] + [Tarea] + [Contexto] + [Formato] + [Estilo]
¿Suena técnico? Tranquilo, es más fácil de lo que parece. Aquí tienes un ejemplo claro:
“Actúa como un entrenador personal. Quiero que me hagas una rutina de gimnasio. Ten en cuenta que tengo 35 años y solo entreno tres días a la semana. Hazlo en formato tabla y con estilo directo, sin rodeos”.
Traducción: quieres una rutina seria, adaptada a tu tiempo y sin frases de autoayuda.
Otros ejemplos prácticos:
“Actúa como un chef profesional. Hazme un menú semanal fácil, con recetas de menos de 20 minutos, usando ingredientes comunes. Formato: tabla. Estilo: informal y práctico.”
“Actúa como un consultor de estilo masculino. Dime cómo vestirme para una entrevista en una startup. Contexto: es semiformal, clima cálido. Formato: lista. Estilo: directo y elegante.”
Paso 3: Entrena a ChatGPT como si fuera parte de tu equipo
¿Sabías que puedes enseñarle tu estilo a ChatGPT? Si escribes correos, artículos o informes de cierta manera, puedes subirle ejemplos y pedirle que los imite.
“Este archivo contiene un informe sobre la empresa A. Redacta otro igual pero sobre la empresa B”.
Este truco es clave si tienes una marca personal o un tono específico en tu trabajo. Además, puedes darle acceso a sitios web concretos (por ejemplo, el blog de tu empresa o tu portfolio online) y pedirle que use solo esa fuente de información. Ideal para mantener el control de lo que escribe por ti.
Paso 4: Hazlo personal (literalmente)
ChatGPT puede aprender de ti, y con ello darte respuestas más afinadas. Puedes decirle: Cómo quieres que te llame, a qué te dedicas, qué estilo prefieres (¿profesional? ¿humorístico? ¿minimalista?), qué temas te interesan más.
Y lo mejor: puede recordarlo gracias a su función de memoria. Si la activas (en la opción “personalizar ChatGPT”), cada vez que vuelvas a hablar con él, sabrá quién eres y cómo ayudarte mejor.
Paso 5: Ideas de uso real para hombres ocupados
Aquí algunas formas prácticas de convertir a ChatGPT en tu asistente personal real:
Agenda y planificación: “Organiza mis tareas del día en bloques de productividad”.
Gimnasio y salud: “Hazme un plan semanal de comidas saludables y entrenamientos”.
Estilo y moda: “Dime qué ponerme para una cita informal en verano”.
Carrera y negocios: “Corrige este correo para que suene más profesional”.
Cultura general: “Explícame de forma simple qué es el conflicto en Medio Oriente”.
Tiempo libre: “Recomiéndame tres libros y tres películas según mis gustos”.
No necesitas ser programador ni gurú digital para usar ChatGPT. Solo necesitas saber cómo pedirle las cosas. Con una buena estructura, un poco de contexto y tus preferencias claras, puedes convertir esta herramienta en tu aliado más eficiente.