Recién bajado del circuito del Gran Premio de Miami, Lewis Hamilton llegó a Nueva York con paso firme para asistir a la MET Gala 2025 como uno de sus copresidentes. Junto a Colman Domingo y Anna Wintour, el piloto británico pisó la alfombra con una elegancia que fusionó arte, moda y un profundo mensaje cultural.
Un tributo visual a la identidad negra
Para esta edición del evento —cuyo código de vestimenta invitaba a la introspección histórica y estética—, Hamilton colaboró con la diseñadora Grace Wales Bonner para crear un traje que trasciende las tendencias. El resultado: una composición en marfil que incluía una chaqueta recortada, pantalón de talle alto con raya de esmoquin, faldón, pajarita blanca y un fajín bordado. Todo rematado con una boina de Stephen Jones Millinery, aportando un aire sofisticado y distintivo.
Inspiraciones: del Renacimiento de Harlem a Barkley L. Hendricks
“Reunimos una serie de influencias, desde los cuadros de Barkley L. Hendricks hasta la vestimenta espiritual negra”, explicó Wales Bonner. La diseñadora incorporó detalles como conchas de cauri, botones de nácar y flores de baobab, que conectan con tradiciones africanas y el simbolismo espiritual.
La silueta y el aura del look también rinden homenaje a figuras como Cab Calloway y André Leon Talley, dos íconos del estilo negro que utilizaron la moda como herramienta de afirmación y autoexpresión.
Moda con propósito: tres meses de significado
Nada en el atuendo de Hamilton fue casual. Según su estilista, Eric McNeal, el proceso creativo tomó cinco meses entre investigación y ejecución. “Se puso mucho cuidado en este look. Lo que lo hace especial es que no se trata sólo de moda, sino de significado”, afirmó. Inspirado por los retratos blanco sobre blanco de Hendricks, Hamilton desafió la neutralidad del color para hacer una poderosa declaración visual.
Un dandi moderno que marca el camino
Con esta aparición, Lewis Hamilton consolida su lugar como un referente de estilo contemporáneo, capaz de convertir una alfombra roja en una pasarela de narrativa cultural. Su traje no solo brilló por su confección impecable, sino por ser un manifiesto silencioso sobre la elegancia, la herencia y el poder de la representación en la moda.