La esperada adaptación de El Eternauta ya está disponible en Netflix. Esta serie, que transforma en imágenes la icónica novela gráfica argentina de ciencia ficción creada por Héctor G. Oesterheld e ilustrada por Francisco Solano López, llega con una potente carga emocional, visual y narrativa. A continuación, te contamos los detalles que hacen de esta producción algo único.
Un clásico argentino que pisa fuerte en la pantalla global
Publicada por primera vez en 1957, El Eternauta es una obra fundamental dentro de la cultura geek y el cómic latinoamericano. Esta es la primera vez que se adapta al formato audiovisual, y lo hace a lo grande: con producción de KS Films y la dirección de Bruno Stagnaro, el proyecto aterriza en Netflix con alcance global.
La propuesta de convertir la historieta en serie surgió en 2018, luego de que Netflix se interesara en la historia, tras años en los que se había proyectado solo como largometraje.
Una Argentina postapocalíptica, hoy
Una de las decisiones clave del director fue ambientar la historia en el presente. Según Stagnaro, “retroceder en el tiempo no hubiese respetado el espíritu original”. Así, la serie ofrece una mirada contemporánea al drama de Juan Salvo y su grupo de supervivientes frente a una nevada mortal que cae sobre Buenos Aires.
Ricardo Darín como Juan Salvo: de la duda a la revelación
Aunque al principio Bruno Stagnaro descartó la idea de que Ricardo Darín interpretara a Juan Salvo por temas de edad y exigencia física, finalmente vio en ello una oportunidad narrativa. La diferencia generacional permitió sumar una nueva capa simbólica al personaje. A pesar de que Darín no es fan del género de ciencia ficción ni había protagonizado series antes, el guion lo convenció de asumir el reto.
Adaptación libre, espíritu intacto
Stagnaro explica que la serie no sigue estrictamente la cronología de la historieta, pero sí mantiene su esencia. La historia combina elementos de El Eternauta I y II, con mayor foco en el primer fascículo.
Estética apocalíptica: entre Rembrandt y la sal
El trabajo visual de la serie es meticuloso. Gastón Girod, director de fotografía, se inspiró en artistas clásicos como Caravaggio, Rembrandt y Georges de La Tour, así como en fotógrafos contemporáneos como Viktor Balaguer. Esto ayudó a construir una Buenos Aires sin electricidad, cargada de atmósferas densas y dramáticas.
El equipo de arte, liderado por María Battaglia, usó las viñetas originales como referencia constante: “Siempre encontrábamos la solución en el cómic”.
Cifras que impresionan: nieve, extras y armas
La producción movilizó cifras notables:
2900 extras y actores
250 armas de 20 modelos distintos
410 toneladas de sal, más celulosa y eco-snow para recrear la nevada tóxica
Estos datos reflejan el compromiso por ofrecer una experiencia visual inmersiva y fiel al clima apocalíptico del cómic.
Vestuario con identidad: el gamulán de Salvo
El traje de Juan Salvo fue diseñado con atención al contexto histórico y cultural. Patricia Conta, directora de vestuario, se inspiró en prendas de los años 60 y 70, como el gamulán, típico de la región del Cono Sur. La elección conecta al personaje con la memoria colectiva argentina.
La mirada de El Eternauta: diseñar una máscara con historia
Uno de los mayores desafíos fue el diseño de la icónica máscara de Salvo. El equipo artístico comenzó investigando modelos de Chernóbil, pero los descartó por no permitir ver los ojos. Finalmente, crearon un visor curvo con tornillos oxidados, una pieza que parece salida del taller del mismísimo Favalli.
Ya disponible: sumérgete en la nieve mortal
El Eternauta ya se puede ver en Netflix desde este 30 de abril. Con un elenco de primer nivel, una dirección artística cuidada y una historia cargada de simbolismo y emoción, esta serie promete convertirse en un hito de la ciencia ficción latinoamericana.
¿Te atreves a enfrentar la nevada?