Hay conversaciones que no fluyen fácil entre padre e hijo. A veces no se trata de hablar, sino de mirar juntos una buena película, reírse al mismo tiempo, quedarse en silencio con una escena que duele o sentir ese nudo en la garganta que no necesita traducción. El cine tiene esa magia: nos hace conectar sin tener que explicar demasiado.
Y el Día del Padre es una excelente excusa para desempolvar clásicos, descubrir joyas y ver historias que —más allá del género— giran en torno a eso que llamamos “ser papá”.Así que aquí va una lista de películas que debes ver al menos una vez con tu papá. Algunas te harán llorar, otras te recordarán por qué lo admiras, y más de una te dará ganas de invitarle una cerveza y decirle: “gracias por todo, viejo”.
Indiana Jones and the Last Crusade (1989)
Cuando piensas en películas de aventuras con papá, esta es la definitiva. Harrison Ford vuelve como Indiana Jones, pero esta vez comparte pantalla (y aventuras) con su padre, interpretado por el legendario Sean Connery. Juntos van tras el Santo Grial mientras resuelven acertijos, esquivan nazis y, de paso, enfrentan sus propias diferencias padre-hijo.
Ideal para ver con ese papá que creció con la idea de que ser hombre era “no hablar de sentimientos”… y que ahora no se pierde ni un domingo contigo.
The Godfather (1972)
Francis Ford Coppola creó una obra maestra sobre el poder, el honor y la familia. Ver a Vito Corleone proteger su legado, y a Michael transformarse para mantenerlo, es una lección de vida dura y poética.
Una película que habla de lealtades, de lo que se sacrifica por los tuyos, y de cómo no todos los padres dicen “te quiero”, pero sí te aseguran el futuro a su manera. Perfecta para compartir con un papá que no será Don Corleone, pero que siempre ha estado ahí cuando más lo necesitaste.
Taken (2008)
Liam Neeson se convirtió en el padre más badass del cine moderno con esta cinta. Un exagente del gobierno viaja por media Europa para rescatar a su hija secuestrada, usando toda su experiencia en combate y rastreo.
Verla con tu papá es recordarle (y recordarte) que si un día algo te pasara, él sería el primero en mover cielo, mar y tierra para encontrarte. No importa si no tiene habilidades especiales… con que tenga el corazón, basta.
Mr. Mom (1983)
Michael Keaton protagoniza esta comedia ochentera sobre un padre desempleado que debe hacerse cargo del hogar mientras su esposa trabaja. Lo que parece simple se convierte en un caos hilarante y lleno de ternura.
Ideal para ver con tu viejo si alguna vez se le quemó el arroz o confundió la lavadora con la licuadora. Porque ser papá también es aprender a improvisar.
I Am Sam (2001)
Sean Penn interpreta a Sam, un hombre con discapacidad intelectual que lucha por mantener la custodia de su hija. Es una historia profundamente emotiva, que habla sobre la paternidad desde un lugar genuino y conmovedor.
Si buscas una película para llorar en silencio junto a tu papá (o en su caso, hacerse el fuerte mientras se suena la nariz), esta es la opción.
The Lion King (1994)
Un clásico animado que sigue funcionando con todas las generaciones. La relación entre Mufasa y Simba es el corazón de esta historia. Hay enseñanzas de vida, pérdida, legado y responsabilidad.
Perfecta para recordar que los papás también fueron jóvenes alguna vez, y que aunque no sean reyes de la sabana, siempre quieren que tú encuentres tu camino.
Big Fish (2003)
Tim Burton deja de lado el gótico para contarnos una fábula sobre un hijo que quiere conocer la verdad detrás de las historias fantásticas de su padre. Lo que descubre es que detrás de cada exageración había un acto de amor.
Si tu papá es ese que siempre cuenta las mismas anécdotas, esta película es un homenaje a ellos. Y sí, probablemente lloren los dos al final.
The Pursuit of Happyness (2006)
Basada en hechos reales, Will Smith protagoniza esta historia sobre un padre desempleado que lucha por darle un futuro digno a su hijo.
Es un recordatorio poderoso de lo que muchos padres han hecho (y hacen) en silencio. Véala con tu papá si alguna vez pasaron por momentos duros, pero nunca dejaron de caminar juntos.
Mrs. Doubtfire (1993)
Robin Williams da vida a un hombre que, tras divorciarse, se disfraza de niñera para seguir viendo a sus hijos. Lo hace con humor, ternura y una peluca que ya es historia del cine.
Una comedia que también es un tributo a los papás que hacen todo lo posible por estar presentes, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
Big Daddy (1999)
Adam Sandler adopta —literalmente— la paternidad sin planearlo, y el resultado es una historia divertida y entrañable sobre crecer junto a un niño cuando tú también estás aprendiendo a ser adulto.
Ideal si quieres ver algo ligero, reírte a carcajadas y al final darte cuenta de que nadie nace sabiendo ser papá… pero el amor siempre enseña.
Ya sea que tengas un papá serio, uno bromista, uno que nunca llora o uno que llora con comerciales de yogurt, en esta lista hay algo para ambos. Porque más allá del género o la trama, estas películas nos recuerdan lo mismo: que ser padre no es perfecto, pero sí profundamente humano. Y compartir un buen filme con él puede ser más valioso que cualquier regalo.