La Fórmula 1 cambiará de piel en 2026. Nuevos autos, nuevas reglas técnicas y, en el caso de Max Verstappen, una transformación mucho más visible y simbólica: el número que llevará en su monoplaza. Después de cuatro temporadas consecutivas luciendo el mítico dorsal 1 como campeón del mundo, el neerlandés ya tomó una decisión que mezcla reglamento, historia personal y un toque de humor muy a su estilo.
La respuesta es clara y oficial: Max Verstappen competirá en la temporada 2026 con el número 3.
El adiós al número 1 y el inicio de una nueva etapa
El dorsal 1 está reservado para el campeón vigente de la Fórmula 1. Es un privilegio, pero también una condición temporal. Con el reciente título mundial de Lando Norris con McLaren, ese número pasará a manos del británico en 2026, obligando a Verstappen a elegir un nuevo identificador para su coche.
Durante una entrevista con el medio neerlandés Viaplay, grabada en el circuito de Yas Marina durante el fin de semana del Gran Premio de Abu Dhabi, Verstappen confirmó lo que muchos sospechaban… y lo que otros no vieron venir. No volverá al 33, el número con el que debutó y se hizo famoso en la F1. Tampoco optará por una elección extravagante. El elegido es el 3, el número que, según él mismo ha reconocido, siempre fue su verdadero favorito.
“No será el 33. Mi número favorito siempre ha sido el 3, salvo el 1. Ahora podemos intercambiarlo, así que será el 3”, explicó con naturalidad.
Por qué no el 33: una decisión más sentimental que estratégica
Durante años, el 33 fue sinónimo de Verstappen. Sin embargo, el propio piloto ha dejado claro que ese número fue una solución, no una elección ideal. Cuando llegó a la Fórmula 1, el 3 no estaba disponible por cuestiones reglamentarias, así que optó por duplicarlo.
“El 33 siempre estuvo bien, pero prefiero un 3 a dos. Siempre dije que representaba doble suerte, pero ya he tenido mi suerte en la Fórmula 1”, confesó el tetracampeón.
Hoy, con títulos, récords y un lugar asegurado entre los grandes de la historia, Verstappen siente que ya no necesita amuletos. El 3 representa una preferencia pura, una cuenta pendiente que finalmente pudo saldar.
El cambio de reglamento que lo hizo posible
Hasta hace poco, la normativa de la FIA impedía que un piloto cambiara de dorsal a lo largo de su carrera. Además, cualquier número quedaba “bloqueado” durante dos años después de que el último piloto que lo usó abandonara la categoría.
Aquí entra un actor clave: Daniel Ricciardo. El australiano fue el último piloto en portar el número 3, hasta su retiro en 2024, y conservaba los derechos sobre ese dorsal. Con una reciente actualización del reglamento y el visto bueno de Ricciardo, la transferencia se hizo posible.
La comisión de la F1 aprobó oficialmente que un piloto pueda cambiar de número durante su trayectoria, y Ricciardo no dudó en autorizar el movimiento. Un gesto elegante, considerando que él eligió el 3 como homenaje a su ídolo de la NASCAR, Dale Earnhardt.
Un número con historia en la Fórmula 1
El 3 no es cualquier dorsal. A lo largo de la historia lo han llevado leyendas como Michael Schumacher —en 62 Grandes Premios—, así como campeones contemporáneos como Lewis Hamilton y Fernando Alonso. Es un número cargado de tradición, peso histórico y carácter, algo que encaja perfectamente con la figura de Verstappen en esta nueva era de la F1.
Entre bromas, pareja y estabilidad interna
Fiel a su estilo directo, Verstappen también reveló que llegó a bromear con otras opciones. El número 69 apareció en la conversación, aunque no pasó el filtro doméstico. “Cada vez que lo menciono en una entrevista, Kelly me dice: ‘¿de qué carajo estás hablando?’”, contó entre risas, refiriéndose a Kelly Piquet, su pareja y madre de su hija.
Más allá del tema del dorsal, el neerlandés también habló sobre la actualidad de su equipo y la salida de Christian Horner como director. Lejos de la polémica, destacó la relación personal que mantienen y la comunicación constante, incluso fuera de temporada.
El 3 como declaración de intenciones
En 2026, Max Verstappen no solo estrenará número. Estrenará una nueva etapa en la Fórmula 1, ya no como el joven prodigio ni como el campeón que defiende su trono, sino como una figura consolidada que elige desde la calma y la convicción personal.
El 3 no es un guiño al pasado ni una estrategia de marketing. Es una elección íntima, largamente postergada, que ahora verá la luz en la parrilla.