El sol cayó en Yas Marina con un sabor a historia. En la última carrera de la temporada 2025 de la Fórmula 1, Lando Norris no necesitó ganar la carrera para conquistar el mundo. Le bastó cruzar la meta en tercer lugar para asegurarse el título de campeón mundial, el primero de su trayectoria y el primero para McLaren desde aquel 2008 que consagró a Lewis Hamilton. Tras 152 Grandes Premios de aprendizaje, decepciones, podios amargos y sonrisas tímidas, el británico de 26 años finalmente encontró la gloria.
Una victoria que no necesitaba ser victoria
El podio del Gran Premio de Abu Dhabi lo encabezó el holandés Max Verstappen, seguido de Oscar Piastri. En cualquier otro contexto, esa victoria sería una celebración más para el neerlandés. Pero esta vez, el triunfo llegó impregnado de tristeza competitiva. “Mad Max” dominó, lideró, controló la carrera… y aun así su reinado terminó por apenas dos puntos.
Verstappen finalizó la temporada con 421 unidades, pero el trabajo quirúrgico de McLaren permitió que Norris cerrara con 423, gracias a una carrera calculada, estratégica y sin errores. No hubo drama de sobrepasos suicidas ni un final rueda a rueda: hubo inteligencia, nervios de acero y paciencia británica. McLaren no salió a cazar la victoria; salió a coronar a su piloto.
El plan perfecto de Woking
Yas Marina fue una partida de ajedrez. La escudería papaya decidió que la precisión valía más que la agresividad, y Norris lo ejecutó sin titubeos. Su apuesta decisiva llegó temprano, en la vuelta 17, cuando aplicó un undercut que lo devolvió a la pista en medio del tráfico. El británico no perdió la cabeza: remontó con calma, superó a Antonelli, Sainz, Stroll, Lawson y después a Yuki Tsunoda en una maniobra que rozó la polémica. Fue investigado por salirse ligeramente de la pista, pero la FIA optó por no sancionarlo. Tsunoda, en cambio, recibió 5 segundos por bloqueos indebidos. La corona seguía intacta.
Mientras tanto, McLaren movía las piezas más audaces: mantuvo a Oscar Piastri en pista más tiempo para “proteger” la estrategia de Norris, aun cuando eso significaba dejar al australiano vulnerable ante Verstappen. Una decisión fría, eficaz, y que dejó claro el orden del día: el título era prioridad absoluta. Cuando Norris volvió a boxes en la vuelta 41 ya tenía asegurado un colchón; un podio bastaba. Piastri paró una vuelta después, reingresó por delante, y el resto fue simplemente administrar el reloj.
LANDO NORRIS IS THE 2025 FORMULA 1 WORLD CHAMPION!!!! 🏆#F1 #AbuDhabiGP pic.twitter.com/Rg4cc4OwlU
— Formula 1 (@F1) December 7, 2025
El fin del imperio Verstappen
Es imposible entender esta carrera sin mirar el rostro de Max Verstappen. Cuatro años consecutivos de dominio cayeron en un día en el que hizo absolutamente todo bien. Sin el apoyo táctico que alguna vez representó Sergio “Checo” Pérez —recordado como el “Ministro de la Defensa” que en 2021 salvó la primera corona del neerlandés—, Verstappen peleó solo. Lideró desde la salida, bloqueó el primer intento de Norris desplazándose a la izquierda y controló el ritmo como pocas veces se ha visto. Y aun así, no fue suficiente. Ironías del deporte: condujo como un campeón… y perdió el campeonato.
El campeón que creció en silencio
La historia de Lando Norris no es la del talento prodigio que arrasa desde el inicio. Es la de la paciencia. La de un piloto que maduró, que falló en Qatar, que sufrió con descalificaciones en Las Vegas, que aprendió a esperar. Después de 152 Grandes Premios, su momento llegó sin estruendo, pero con autoridad. McLaren regresó a la cima y Norris, ese chico que parecía siempre a un paso del triunfo, finalmente dio el paso.
Abu Dhabi coronó a un nuevo rey. No con la espada de la victoria directa, sino con la sabiduría de quien sabe cuándo atacar y cuándo resistir. Lando Norris es campeón del mundo. Y el automovilismo tiene, a partir de hoy, un nuevo capítulo en tinta papaya.