Probablemente ya hayas escuchado que Brad Pitt ha lanzado una línea para el cuidado de la piel. Hace unas semanas, el actor ganador del Premio de la Academia debutó con Le Domaine: una marca de lujo para el cuidado de la piel, cuidadosamente editada, sin género y creada en asociación con la familia francesa de enólogos Perrin, quienes también son sus socios en la bodega que Pitt compro hace una decada. Desde entonces, Le Domaine ha estado en los titulares, en gran parte debido a la conexión con Pitt.
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Por: Garrett Munce En la era de las marcas, propiedad de celebridades, la entrada de Brad Pitt en el juego del cuidado de la piel es al mismo tiempo esperada y desconcertante. ¿Por qué uno de los hombres más famosos y guapos del mundo no habría de ofrece productos para el cuidado de la piel? Pero Brad Pitt también parece reacio, incluso cauteloso, a ser conocido como un magnate de la belleza. En las entrevistas, ha negado tener más que una rutina básica de cuidado para la piel y ha expresado su desprecio por el término “antienvejecimiento” a pesar de que Le Domaine asegura desacelerar el proceso de envejecimiento. De entrada, el hecho de que Pitt evite hablar sobre el cuidado de la piel, al ser entrevistado sobre su propia marca para ello, parece un poco exagerado, pero podría tener una razón de ser. Le pregunté al cofundador de Le Domaine, Marc Perrin, si la línea existiría sin Brad Pitt. “Lo hubiéramos hecho, pero hubiéramos buscado otro socio porque somos demasiado pequeños para lanzarnos en una industria que está tan saturada”, me dice. Perrin se enoja al llamar a Le Domaine una “línea de cuidado de la piel de celebridades”, principalmente porque, si bien Pitt es socio fundador, no fue exactamente su idea.
Así empezó Le Domaine
La historia es la siguiente: hace 15 años, el hermano neurólogo de Perrin decidió profundizar en las preciadas propiedades antioxidantes de las uvas que la familia ha utilizado durante cinco generaciones de vinificación. Tenía curiosidad por saber qué variedad contenía el mayor poder antioxidante, lo que lo llevó a Pierre-Louis Teissedre, profesor de enología, el estudio del vino y la vinificación, en la Universidad de Burdeos. A través de su investigación, desarrollaron GSM10, una poderosa molécula antioxidante hecha de varias variedades de uva y que ahora se encuentra exclusivamente en los productos Le Domaine. Luego conocieron al Dr. Nicholas Levy, una voz líder en el estudio de la progeria, una condición extremadamente rara que hace que los niños envejezcan rápidamente. Esto condujo al desarrollo de ProGR3, un cóctel de resveratrol derivado del zarcillo de la vid, apigenina de la manzanilla y catequina del té verde que ayuda a que las células de la piel se mantengan saludables. También es exclusivo de los productos Le Domaine. “En ese momento no pensábamos en cosméticos”, insiste Perrin, pero después de extensos estudios y pruebas, el equipo supo que tenían algo especial, especialmente cuando descubrieron que las dos moléculas funcionaban de manera sinérgica (ambos profesores estaban tan entusiasmados que ahora son socios en la marca). Solo entonces le llevaron la idea a Pitt, quien aparentemente firmó de inmediato. Otro punto de venta para Pitt fue que el legado de conciencia ecológica de la familia Perrin estaría representado en los productos. Las versiones finales no solo contienen las dos moléculas patentadas, sino que también son al menos 96 por ciento naturales, con ingredientes como el aceite de oliva cosechado en Miraval. Incluso las tapas de madera de las botellas de vidrio están hechas de barricas viejas de vino.
¿Le Domaine, la marca de Brad Pitt funciona?
Todo es muy interesante, pero, francamente, cuando se trata del cuidado de la piel, nada de eso importa a menos que los productos funcionen. Así que les pusimos las manos encima y los pusimos a prueba.
El diseño de las botellas, en el que aparentemente PItt estuvo muy involucrado, es exactamente lo que esperarías de los productos de lujo. Son fuertes, elegantes, con llamativas tapas de madera que se pueden reusar cuando te terminas el producto (si bien técnicamente no son rellenables; los clientes habituales pueden comprar las botellas sin las tapas de madera y reutilizarlas). Pero también son pequeños. Estamos hablando de 50 ml de crema (un poco más grande que el frasco promedio de crema para los ojos) que te costará 320 dólares. “Somos una marca de lujo con mucha ciencia y mucha investigación, por lo que tenemos un precio alto”, dice Perrin, defendiendo la etiqueta del precio. El suero, como referencia, tiene solo 30 ml y cuesta aún más, 385 dólares. He usado casi exclusivamente los tres productos durante poco más de una semana. Y todos son... encantadores. La emulsión limpiadora (80 dólares) suave y mínimamente espumosa, deja mi piel con una sensación de limpieza pero no demasiado dura y, de hecho, hidratada. El suero (385 dólares) no tiene fragancia y tiene una textura cremosa y gelatinosa que se desliza sobre la piel sin esfuerzo y se absorbe rápidamente. Por lo que puedo decir, los efectos inmediatos son principalmente hidratación: mi piel se sintió suave y húmeda justo después de ponérmelo. ¿Y el favorito de Pitt, la crema (320 dólares)? Es pesada, rica y sutilmente perfumada; del tipo que suelo reservar para la noche o en los meses muy fríos cuando mi piel necesita hidratación adicional. Pero también la usé durante el día, y no se sintió pesada ni grasosa. Podría ser la fórmula o podría ser que solo usé la cantidad más pequeña, ya que una porción más grande hubiera vaciado la pequeña botella en unos días.
Veredicto
En general, la experiencia de usar los productos es buena. Son simples, fáciles de entender e igual de fáciles de usar. Pero la pregunta del millón: ¿los signos del envejecimiento se revierten ante mis propios ojos como la magia del cine? No. Pero, de nuevo, para ver los resultados del cuidado de la piel; generalmente se deben usar los productos de manera constante entre seis y ocho semanas. Entonces, aunque la ciencia es prometedora y los efectos positivos de los antioxidantes en la piel han sido bien documentados, para mí, el jurado sigue deliberando si Le Domaine me va a hacer un clásico Benjamin Button. Dicho esto, si es lo suficientemente bueno para Brad Pitt y su grupo de pruebas secreto de amigos famosos (el publicista de Le Domaine guiña un ojo pero no da nombres), entonces tal vez valga la pena intentarlo. Si tan solo tuviera un poder adquisitivo que me permitiera mantener el hábito. Cómpralos aquí.
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