En el mundo de la alta relojería, hay relojes… y hay verdaderos símbolos de excelencia. Para celebrar dos décadas de maestría mecánica y elegancia suiza, Chopard presenta una edición limitada que hará vibrar el pulso de los coleccionistas más exigentes: el L.U.C Qualité Fleurier 20th Anniversary Edition.
Inspirado en el primer modelo L.U.C Qualité Fleurier de 2005 —a su vez un homenaje a diseños de los años 50—, este nuevo reloj se presenta con una caja de 39 mm en oro ético amarillo de 18 quilates, dimensiones perfectas para quienes entienden la elegancia en clave sobria y atemporal. Su esfera sectorial bicolor remite al estilo Art Déco, con un centro satinado, anillo marrón y un segundero azul a las 6 en punto que equilibra todo con precisión milimétrica.
No es solo una pieza bonita: es una declaración de principios. Y como en toda buena historia suiza, los detalles lo son todo. Las agujas tipo jeringuilla, la correa de piel de becerro con costuras beige y las asas finamente talladas cierran el conjunto con un aire vintage que destila clase sin pretensiones.
El corazón: un calibre de élite para verdaderos entendidos
Lo que realmente distingue a este reloj no está a simple vista. En su interior late el calibre L.U.C 96.09-L, un movimiento automático ultraplano de solo 3.30 mm, alimentado por la tecnología Chopard Twin de doble barrilete, que ofrece hasta 65 horas de reserva de marcha. Todo ensamblado a mano en los talleres de la marca.
Y si eso no es suficiente, va más allá de la precisión cronológica: este movimiento cuenta con doble certificación. Por un lado, el Control Oficial Suizo de Cronometría (COSC). Por otro, la prestigiosa y casi mítica certificación Qualité Fleurier, que somete cada unidad a una serie de pruebas extremas (impactos, humedad, temperaturas extremas y hasta simulaciones deportivas en muñeca) para garantizar fiabilidad, precisión y durabilidad como ninguna otra.
¿Qué es la Certificación Qualité Fleurier y por qué importa?
Pocos relojes en el mundo pueden presumir de portar el sello QF. Creado por cuatro casas relojeras independientes —incluida Chopard—, este estándar va más allá de lo estético o lo técnico. Es la certificación que combina belleza, resistencia y precisión real en condiciones de uso cotidiano y extremo.
Chopard no solo ha sido pionera en recibir este sello en 2005; hoy es la única casa que sigue participando activamente en el comité de dirección de la fundación. Este nuevo modelo conmemorativo honra ese compromiso y lo lleva al siguiente nivel.
Solo para 20 muñecas afortunadas
Esta joya mecánica no es para cualquiera. Solo existen 20 piezas numeradas en todo el mundo. Si tienes la suerte de conseguir una, no estás comprando un reloj, estás invirtiendo en un legado: el de una manufactura que ha sabido unir historia, ética, diseño y precisión como ninguna otra.
¿Quién debería tenerlo?
Hombres con criterio, amantes del detalle, de la tradición bien entendida y de los objetos que cuentan una historia. No es un reloj para gritar lujo, sino para susurrarlo a quienes sepan escuchar.
Chopard lo ha vuelto a hacer. Y esta vez, lo ha hecho en oro, historia y perfección suiza.