La marca suiza Breitling ha sido durante mucho tiempo sinónimo del mundo aeronáutico, sin embargo, por ahí de la década de los 60s ya había coqueteado con emociones más terrenales. En aquel entonces, Willy Breitling, nieto del fundador, vio surgir una nueva generación de clientes potenciales que no estaban entusiasmados con los relojes complicados de la generación de sus padres, sino con la vida rápida. El Top Time, lanzado en 1964, era un cronógrafo despojado de todos los detalles innecesarios y reemplazado por gráficos audaces que resonarían con los jóvenes en motocicletas o conduciendo autos deportivos. En 2021, Breitling recuperó el Top Time en una línea inspirada en los autos de carretera clásicos de las décadas de 1950 y 1960, incluidos el Mustang, el Corvette y el Cobra, cada uno con diferentes detalles de diseño y colores de esfera de rayos de sol característicos. Esta semana, la marca convirtió al trío en cuarteto con el Top Time B01 Ford Thunderbird.
Por: Nick Sullivan
En marcado contraste con las esferas verde, roja y azul del Mustang, Corvette y Cobra respectivamente, el Thunderbird de 41 mm con caja de acero tiene una esfera blanca y sutiles marcadores de bastón tono sobre tono. Mientras que los otros relojes de la colección tienen subesferas contrastantes en blanco o negro, el Thunderbird es blanco sobre blanco. Al igual que sus predecesores, el Thunderbird luce subesferas que hacen un guiño en su forma (entre un cuadrado y un círculo, y Breitling las llama “ardilla”) a la era del diseño de mediados de siglo que generó los autos originales.
En general, el Thunderbird, incluso con la correa de carreras de cuero rojo perforado (una pulsera de acero es una opción de compra) tiene un diseño más sobrio que sus compañeros. El contraste lo proporciona un segundero rojo y un segmento en el perímetro del taquímetro de la esfera. Las manecillas del dial secundario, sin embargo, son rojas, naranjas y azul claro, un detalle casi imperceptible que se aprecia mejor con una inspección más cercana. Al igual que sus primos, el Thunderbird está impulsado por un movimiento de cronógrafo automático B01 bien probado que también es un cronómetro certificado. Ofrece una impresionante reserva de marcha de 70 horas de funcionamiento normal.
En el espacio entre los relojes de pulsera y la continua obsesión de la humanidad con el motor de combustión interna, Breitling ya sabe que hay una rica veta que explotar. Por lo tanto, no es necesario ser un fanático de los autos para apreciar este clásico reloj Top Time inspirado en los automóviles. Pero seguro que tampoco dolerá.
Breitling Top Time B01 Ford Thunderbird, ficha técnica
- Caja: acero inoxidable de 41 mm
- Movimiento: mecánico de cuerda automática calibre B01
- Funciones: horas, minutos, segundos y cronómetro (certificación COSC)
- Reserva de marcha: 70 hrs
- Hermeticidad: 100 mts
Los otros relojes de la colección Top Time de Breitling
Ford Mustang
La primera generación del Ford Mustang, fabricada entre 1964 y 1974, era compacta y elegante. Se convirtió en el coche preferido para salir a la carretera a la moda en la América de los años 60, con modelos orientados a las familias y otros a los deportistas amantes de la velocidad. También apareció en algunas de las películas más populares de su época. Esta leyenda viva aún sigue en producción, pero los fanáticos de los coches saben que los más geniales fueron aquellos primeros modelos que plasmaban el espíritu independiente de los sesenta.
Chevrolet Corvette
El Chevrolet Corvette de segunda generación, el modelo entre los años 1963 y 1967, es la versión más codiciada de esta leyenda estadounidense. El «Sting Ray», como se le conoce, se inspiró en un prototipo de coche de carreras de 1959. Durante 60 años ha atrapado la imaginación de los amantes de los coches de todo el mundo con su perfecta combinación de un cuerpo de perfil bajo y un potente motor que ofrece rendimiento tanto en la carretera como en la pista. Sigue siendo un clásico hoy en día.
Shelby Cobra
A principios de la década de 1960, Carrol Shelby, vencedor en Le Mans, proyectó un coche que combinaba el diseño británico con la ingeniería de competición estadounidense. Creó el Shelby Cobra, un coche deportivo que aunaba ingeniosamente un chasis pequeño y ligero con un motor de bloque grande potente y fiable. Cuando salió por primera vez al mercado en 1962, el Cobra disfrutó de un éxito inmediato y se convirtió en el único coche deportivo americano que ganó la serie de carreras europeas del Campeonato Mundial de Fabricantes de la FIA. El Shelby Cobra original sigue siendo en la actualidad un coche muy rápido y apreciado por los coleccionistas.
