Armando Espitia, perseguir el Oscar cruzando y rompiendo fronteras

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De la frontera se han contado mil y un crónicas. El camino migrante, duro y mortal, ha sido retratado incontables veces: música, cine, poesía, televisión. Pero, ¿dónde quedó el antes? ¿dónde quedó el después? Más allá de ese desierto implacable. La directora y documentalista Heidi Ewing encontró una historia diferente que contar. Iván, un joven chef mexicano, un sueño que lograr. Entre las complejidades de los deseos humanos nace la película Te Llevo Conmigo, una historia de amor singular basada en hechos reales. “Pocas veces se ha retratado a los migrantes desde tantas perspectivas,” dice Armando Espitia, el actor mexicano cuya trayectoria presume de historias tan profundas como la que narra esta vez como protagonista de Te Llevo Conmigo. Desde su primer filme, Heli de Amat Escalante, mientras aun cursaba la universidad, fue nominado a Mejor Actor de Reparto. Y poco a poco ha dejado claro que su talento no conoce fronteras. Excepto, claro, las que se encuentran sus personajes, de muchas formas y tamaños.

Foto: Cortesía.

Trabajando con la estadounidense Heidi Ewing, llevan a la pantalla la conmovedora historia de Iván y Gerardo, dos jóvenes mexicanos enamorados que migran a Estados Unidos. La película ganó el premio de audiencia en Festival Sundance del 2020, y ahora se encuentra con el pedal a fondo en la carrera hacia los Premios Oscar y Golden Globes. Tocando fibras sensibles, desde la homofobia, la paternidad, la frontera y la carrera profesional narra un concepto simple, pero elusivo: ser humano. “Al final, confrontas a alguien con sueños bien fuertes contra una realidad y un sistema que se lo impiden,” explica Armando sobre su personaje, cuya más grande ambición es convertirse en un reconocido chef de Nueva York. “Por quien es, por su origen, el color de piel”.

“Donde yo conecto personalmente con Iván, es que él no entiende el mundo sin la cocina. No es una exageración, sino es su forma de comunicarse, respirar,” continúa, recordando como la directora lo sumergió al mundo de la gastronomía buscando un trabajo y tomando clases. “Es lo mismo que me pasa con mi trabajo. Yo no entiendo el mundo sin la actuación. Es mi forma de comprenderlo y tratar de aportar algo a él”. A través de personajes complejos, Armando busca llevar a la pantalla sus propios cuestionamientos del entorno, creando historias redondas que trascienden las fronteras de un guión y los paradigmas sociales. “Lo único que hago es ser humano frente a la cámara, tratar de ser lo más abierto posible con las cualidades que tengo y ofrecerlas a la cámara,” explica. “Mi trabajo es que la gente lo reciba. Y cuando lo vea, pueda reflexionar sobre su propia historia en un nivel sensorial y emocional”.

Foto: Cortesía.

Trabajando con Heidi Ewing, nominada al Oscar en 2006 por Jesus Camp, recuerda una conversación al inicio del rodaje donde ella le regaña —¡le tienes miedo a todo!— tras sus repetidos cuestionamientos ansiosos sobre el personaje. “Y le dije: sí, y con eso trabajo”. En el libreto de la documentalista, la experiencia fue tan guiada por la historia en el papel como por la vida real. Armando lavó coches en el invierno neoyorquino, vivió el ambiente caluroso de la cocina, anduvo en bicicleta por el tráfico de la ciudad y necesitó darle a su cuerpo agilidad.

Foto: Cortesía.

Incluso al encontrarse, pantalla a pantalla, con su contraparte de carne y hueso vio la realidad del tiempo. “Cuando estás haciendo una película, piensas que esas páginas que encierran un pedazo de la historia son el universo,” cuenta. “Iván, el personaje que interpreto, ahora tiene 50 años y su vida es totalmente diferente. Tiene 3 restaurantes en Nueva York, y está ayudando para alimentar a miles de trabajadores en primera línea con su fundación”. Al principio, la directora no quería ponerlo en contacto con él. Pero tras mucha insistencia, se hizo realidad una llamada vía Zoom. El Iván de la vida real contestó desde una cena: se le había olvidado la cita. “Sabes, es otra persona. A mi me hubiera gustado hablar con el de los años yo interpreto de su juventud, cuando se va a Estados Unidos. Pero él ya está en otra parte de su historia además de que la película toca fibras muy sensibles,” revela Armando. “Y ha sido muy divertido, ahora que somos amigos y nos mensajeamos todo el tiempo, darme cuenta que nunca hemos hablado de la película”. El año pasado el actor mexicano estreno Fuego Adentro de Jesús Mario Lozano en el Festival Internacional de Cine de Morelia, que seguirá rondando festivales. Nuestras Madres de Cesar Díaz, que en 2019 ganó la Cámara de Oro, se va a estrenar en México este año, mientras que el próximo año verá la luz su primera cinta en la que participa también como productor, 90 Días para el 2 de Julio de Rafa Martínez.

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