‘Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos’, final explicado: ¿sacrificarías a uno por salvar a muchos?

El final combina emoción, drama, multiverso y futuro oscuro, dejando claro que los Cuatro Fantásticos han vuelto para quedarse.

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MARVEL

Marvel apostó por algo distinto con Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos, y le salió bien. Esta cinta no solo marca el regreso digno de una de las familias más icónicas del cómic, sino que además reconfigura la narrativa del MCU al poner el foco en la empatía, la colaboración global y las emociones humanas por encima del espectáculo visual (que, de todos modos, también está a la altura). El final, por supuesto, es un torbellino de emociones y revelaciones que amplía el universo cinematográfico, prepara el terreno para lo que viene y deja al público con muchas preguntas —y un nudo en la garganta.

La historia se desarrolla en la Tierra 828, un universo alternativo sin Avengers a la vista, donde los Fantastic Four ya tienen años actuando como los grandes guardianes del planeta. Todo da un giro cuando Sue Storm (Vanessa Kirby, brillante) queda embarazada y el grupo se entera de que Galactus, una entidad cósmica devoradora de mundos, viene directo a destruir la Tierra... y quiere a su hijo aún no nacido como precio a cambio de dejarla en paz.

Un dilema humano y moral, no solo cósmico

El clímax de la película gira en torno a una pregunta tan vieja como la tragedia griega: ¿sacrificarías a uno por salvar a muchos? Los Cuatro Fantásticos se niegan rotundamente a entregar al pequeño Franklin Richards, aun cuando una parte de la humanidad se pone en su contra. La película se vuelve profundamente humana aquí: ya no se trata de rayos láser ni de músculos superpoderosos, sino de convicción moral, liderazgo emocional y amor de familia. En medio del caos, es Sue quien mantiene la calma, inspira esperanza y ayuda a Reed a idear un plan que, por primera vez en la historia del MCU, propone mover un planeta entero a otro universo.

El plan de Reed Richards es una clase magistral de ciencia ficción optimista: una serie de puentes cuánticos capaces de teletransportar la Tierra a otro sistema solar. ¿El problema? Silver Surfer (Julia Garner), la mensajera de Galactus, lo sabotea. Esto lleva al plan B: trasladar a Galactus mismo. Pero antes de lograrlo, el villano cósmico logra atrapar a Franklin, lo que desencadena una secuencia de sacrificio emocional protagonizada por Sue, quien da todo de sí para proteger a su hijo… y a la humanidad entera.

Sue Storm: la figura central de la aventura

Más allá de los efectos visuales, lo que destaca es cómo el guion construye a Sue como la figura central de la película. No solo es la brújula emocional del grupo, sino que también se convierte en su fuerza de voluntad. La escena en la que usa su poder al máximo para contener y repeler a Galactus es poderosa no solo por lo que vemos, sino por lo que significa: una madre enfrentando al mayor de los miedos, movida solo por el amor.

Este momento remite a los grandes actos desinteresados del MCU, como el sacrificio de Black Widow o el “yo soy Iron Man” de Tony Stark. Es el tipo de escena que no solo cierra una historia, sino que deja un eco que puede redefinir lo que entendemos por heroísmo.

Silver Surfer y el eco de la redención

Otro giro clave es la transformación de Silver Surfer. De ser una herramienta del apocalipsis, pasa a ser su freno. Gracias a Johnny Storm, quien descubre su identidad como Shalla-Bal, una científica con pasado trágico, ella recuerda su humanidad. Su cambio no es inmediato ni forzado; es un proceso emocional que la lleva a rebelarse contra su amo y, finalmente, a ser la pieza clave en su derrota. Su golpe final no solo salva el día, sino que evita otro sacrificio innecesario.

El multiverso sigue expandiéndose

El plan fallido de Reed revela una posibilidad fascinante: la tecnología para transportar realidades enteras. Esto no solo tiene implicaciones técnicas, sino narrativas. Ahora sabemos que existen caminos prácticos (y no solo accidentales) para viajar entre universos, lo que deja la puerta abierta a futuros encuentros con personajes de otras líneas temporales o mundos alternativos. Con Avengers: Doomsday en el horizonte, esta tecnología se perfila como el eje que podría reunir a héroes dispersos de distintas realidades.

¿Y ahora qué? La amenaza de Doom

El final no sería completo sin la escena postcréditos: un momento aparentemente íntimo entre Sue y Franklin se transforma en una introducción inquietante. Un hombre con capucha y una máscara metálica aparece junto al niño. Es nada menos que Victor Von Doom, uno de los villanos más inteligentes y peligrosos del universo Marvel, y ahora está al tanto del potencial de Franklin Richards. Esta escena no solo promete conflicto, sino que establece una nueva dinámica para futuras entregas: una batalla que será tanto filosófica como física.

Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos tiene un emotivo mensaje detrás: incluso en medio del caos cósmico, la empatía, la familia y la voluntad de hacer lo correcto siguen siendo más fuertes que cualquier superpoder. El final combina emoción, drama, multiverso y futuro oscuro, dejando claro que los Cuatro Fantásticos han vuelto para quedarse… y para redefinir el universo Marvel con más corazón que nunca.

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