El cine de terror siempre ha tenido en la animación un lugar privilegiado. Una muestra de esto es la producción Escalofríos animados, la cual rescata esa época dorada en la que el miedo se dibujaba a mano, y donde personajes como Betty Boop, Bimbo o Koko el Payaso convirtieron la oscuridad en una fiesta surrealista llena de ritmo, humor y delirios visuales.
Esta producción —restaurada y digitalizada por Fabulous Fleischer Cartoons Restored— reúne doce cortometrajes realizados entre 1924 y 1939, todos bajo la imaginación delirante del legendario Dave Fleischer y con el respaldo de productores como Max Fleischer, Adolph Zukor y Alfred Weiss. El resultado es una especie de cápsula del tiempo que revive el espíritu del Halloween clásico: entre fantasmas cantarines, diablos juguetones y cementerios con swing.
Una noche en blanco y negro
Escalofríos animados llega a cines seleccionados el 24 de octubre de 2025, e incluye joyas como La fiesta de Halloween de Betty Boop (1933), La casa embrujada de Koko (1928) o El misterioso Mose (1930). En ellas se mezclan el humor absurdo, el terror y la música de cabaret, en una estética que parece salida de una pesadilla psicodélica antes de que el término existiera.
Los Fleischer Studios, pioneros de la animación experimental, lograron algo único: transformar lo macabro en entretenimiento familiar. Donde hoy vemos terror estilizado y efectos digitales, ellos jugaban con lo desconocido desde la ingenuidad y la curiosidad.
De la tinta al CGI: la evolución del miedo animado
La animación ha sido, desde sus orígenes, un terreno fértil para el horror. En los años treinta, la flexibilidad del dibujo permitió visualizar lo imposible: casas vivientes, calaveras danzantes y cuerpos que se deformaban al compás del jazz. Lo que para los Fleischer era un juego visual, hoy es una herencia directa que vive en obras como Coraline, Frankenweenie, La casa lobo o Guillermo del Toro’s Pinocchio, donde lo artesanal y lo siniestro vuelven a encontrarse.
El terror animado funciona porque se cuela por donde el realismo no puede: el trazo, la textura y el movimiento son capaces de representar el miedo desde lo simbólico, lo absurdo o lo poético. En un mundo saturado de sustos digitales, regresar a los Escalofríos animados es recordar que el verdadero horror no necesita sangre, solo imaginación.
Los cortometrajes que son parte de Escaloríos animados
El fugitivo (1924)
Cuando Max quiere que Koko se vaya a la cama, el payasito animado se rebela y, en el proceso, se encuentra con el Diablo y con algunos de sus malévolos amigos.
La casa embrujada de Koko (1928)
Un artista crea una casa embrujada a escala para Koko el payaso. Al lado de su perrito Fitz se enfrenta a diversos fantasmas.
Sientan el swing, pecadores (1930)
Es tarde en la noche y Bimbo intenta robar un pollo. Sin embargo, se encuentra con un policía y actúa como si nada hubiera pasado. Finalmente, entra en un cementerio donde fantasmas y demonios lo persiguen como castigo.
El misterioso Mose (1930)
Betty Boop despierta una noche asustada en su cama cuando aparece el “Misterioso Mose” (Bimbo). Ambos se enfrentarán a una colección de personajes bastante peculiares.
La iniciación de Bimbo (1931)
Bimbo es invitado a una oscura sociedad secreta. Cuando se niega a unirse, unas misteriosas figuras encapuchadas comienzan a perseguirlo.
El caso del asesinato del Arenque (1931)
El detective Bimbo investga la muerte del Sr. Arenque, quien ha sido asesinado.
¿Ya leíste mi mano? (1933)
Una historia donde vemos a Bimbo, quien interpreta a un adivino, y KoKo el Payaso como su asistente. También se encuentra Betty, quien tiene visiones sobre su futuro, que están más cerca de lo que ella cree.
La fiesta de Halloween de Betty Boop (1933)
Betty y sus amigos celebran Halloween de maneras no tan tradicionales.
Mami al rojo vivo (1934)
En una noche fría, Betty duerme junto al fuego. Cuando se despierta, se encuentra con unos siniestros personajes.
El Hotel Telaraña (1936)
El Hotel Telaraña es un lugar donde los huéspedes ingresan, pero quizás nunca salgan.
Pudgy busca pelea (1937)
En nombre del amor, Pudgy elige la violencia, aunque su decisión no es del todo sensata.
El misterio de las verduras frescas (1939)
Muchas verduras han desaparecido, por lo que la Papa Policía se propone resolver este misterio.