Considerando que Pedro Páramo es una de las joyas más importantes de la literatura mexicana y latinoamericana, llevarla al cine nuevamente era un reto monumental que tenía que asumir alguien con mucha experiencia; por ello, se eligió a Rodrigo Prieto, el cinefotógrafo mexicano que ha trabajado con Alejandro González Iñárritu, Greta Gerwig, Martin Scorsese, entre otros.
La película sigue el viaje de Juan Preciado (Tenoch Huerta), un hombre que emprende la búsqueda de su padre: Pedro Páramo (Manuel García-Rulfo), a quien nunca conoció. Al llegar al pueblo de su padre: Comala, se encuentra con un lugar desolado y plagado de recuerdos y empieza a descubrir que Páramo sometió al pueblo durante décadas, impulsado por su ambición y su frustrado amor por Susana San Juan (Ilse Salas). Mientras Juan se adentra cada vez más en Comala, empieza a cuestionar la naturaleza misma de sus habitantes y hasta si están vivos.
Para Prieto, esta cinta era una oportunidad para hacer una reflexión sobre nuestras raíces y nuestros antepasados. Todos estos ecos que nos abruman de la misma forma que abruman al personaje de Juan Preciado, quien tiene que cargar con los pecados de su padre.
Adaptar una obra literaria tan significativa implicaba incontables retos, pues la visión de Prieto no solo buscaba darle nueva vida a una de las obras más emblemáticas de la literatura mexicana, sino también explorar temas como la búsqueda de identidad, la pérdida y el rencor que resultan atemporales.
La cinta que llegará a Netflix el 8 de noviembre y que tuvo su premiere mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto (TIFF), promete una nueva mirada a la historia conocida por muchos, pero ahora sumando visualmente a una historia que ha resonado durante casi 70 años y de haber sido traducida en casi un centenar de idiomas.
Historias que se revisitan
Ante la complejidad de esta obra cúlmine de Rulfo, y de las novelas más influyentes del siglo XX -incluido Gabriel García Márquez para su obra magna Cien Años de Soledad-, los actores confesaron que su visión sobre la historia fue cambiando con el paso de los años.
“Sigo sin entender todo. Yo creo que las obras favoritas son esas a las que tienes que volver, como los lugares, dicen que ciertos países o ciudades cuando te fascinan, siempre hay un pretexto para volver y a mí eso me pasa con Pedro Páramo, siento que sí es una tesis no solo de México, sino incluso violencia de género adelantada a su época, y de una lucha social, está apuntando todo. Más aparte, hay un mundo casi metafísico, espiritual. Me siento muy torpe de describiéndola, pero cada vez que pienso en ella encuentro otras cosas”, nos compartió Ilse en entrevista en el TIFF.
A la par, Manuel García-Rulfo, quien interpreta a Pedro Páramo, habló sobre las cicatrices emocionales que definen a su personaje.
“Creo que se quedó en esa etapa de chavito con Susana San Juan y que nunca pudo salir de ahí. Por ese amor y esa pérdida, o por esa falta de amor, de sus padres y de su familia, hace todas esas barbaridades”, consideró García-Rulfo.
Este aspecto del personaje sigue resonando en la actualidad, haciendo eco en quienes luchan contra sus propios demonios internos.
Entre los vivos y los muertos
Para el director, además de la complejidad de adaptar este texto, otro de los retos principales fueron los cambios de tiempo, pues la película, al igual que la novela, transita distintas épocas, y viaja entre el mundo de los vivos y de los muertos.
“A Comala la vemos derruida, pero también la vemos en su apogeo, así pasa tanto en la novela como en el guión. Lograr eso fue técnicamente complicado y creo que solo hoy en día es posible lograrlo con la tecnología digital; además de un departamento de arte y de vestuario extraordinario, había que cambiar los sets y hacer que Comala se viera viva. Ese tipo de cosas fue muy complicado” confesó Prieto.
Dirigir y fotografiar al mismo tiempo
Además de ser el director de la película, Prieto también co-dirigió la fotografía, junto con Nicolás Aguilar, con quien había colaborado previamente en The Glorias (2020) y Los asesinos de la Luna (2023).
“Ya llevaba muchos años trabajando con él y esta oportunidad creo que me llegó justo por eso y por todo lo que he aprendido de él. Fue un proceso muy natural donde él obviamente es el director, y además el mejor fotógrafo, entonces tenía una visión muy clara de la película. No es que nos dividimos estrictamente las responsabilidades, sino que naturalmente por los años que nos conocemos pudimos contar la historia juntos”, nos contó Nico.
“Me sorprendí de descubrir que sí era posible dedicarme a todo lo demás: trabajar con los actores y preparar el momento, y luego se iban a maquillaje y ya me tocaba toca fotografiar. Nico fue un socio increíble en la parte fotográfica. Entonces sí me sentí muy apoyado y pude hacer todo lo que me imaginaba fotográficamente y todas las cosas que quería experimentar como fotógrafo las pude realizar con el apoyo de Nico, entonces fue muy bonito”, remarcó el director.
Prieto tiene el deseo de transformar esta icónica historia en una experiencia cinematográfica que invite a adentrarse en el rico universo de Rulfo. Así, el diálogo entre el pasado y el presente de Pedro Páramo se volverá un viaje que promete dejar huella en aquellos que se atrevan a seguirlo…
La película actualmente se encuentra en la selección de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para contender por el Oscar.