Sin miedo, hablemos de cuánto sexo es demasiado sexo, un tema que ha despertado debates morales, religiosos y científicos.
El sexo es importante, principalmente, porque responde a una necesidad biológica. Pero como seres humanos podemos hacer de lado lo meramente instintivo para caer en lo que algunos psicólogos llaman una “actividad recreativa”, que hasta corre el riesgo de caer en prácticas compulsivas. Además, incluso ahora, el acto en cuestión sigue siendo un tema delicado en ciertos círculos, donde la idea de hacerlo con mucha frecuencia podría significar algo negativo. Por tal motivo, nos interesa saber cuánto sexo es demasiado sexo, según expertos.
Un dilema complejo y controversial
Para algunas personas el sexo tiene que cumplir un fin reproductivo y nada más. La idea de verlo como una diversión es darle la vuelta de una forma negativa, según ciertos creyentes. Conforme a esa visión, es casi como pensar en comer por comer, y no por saciar el hambre. Lo anterior degenera en la gula, un pecado capital, por ejemplo.
Sin embargo, el tema es complejo. Incluso algunos expertos en la salud mental consideran que la hipersexualidad es un trastorno cuando ya afecta otras áreas de la vida del individuo.
¿Cuánto sexo es demasiado sexo?
De acuerdo con Michael Castleman, periodista y colaborador de Psychology Today, cada persona tiene una vida sexual diferente, por lo que es muy difícil contestar esta pregunta.
“El sexo recreativo, en solitario o en pareja, es similar a caminar por placer. Algunos se abstienen, otros tienen relaciones sexuales ocasionalmente y otros a diario o más. No conozco ningún estudio que demuestre que el sexo frecuente sea intrínsecamente problemático. Yo diría que, siempre que haya consentimiento y no interfiera con los estudios, el trabajo, la familia u otras responsabilidades de la vida, cualquier frecuencia sexual está bien”, dice el investigador.
En resumen, no podemos hablar de números. El asunto se torna muy personal, aunque eso sí, tener sexo con bastante frecuencia no es malo por sí mismo. Lo que sí es cierto, como dice el experto, es que si hay un deseo compulsivo, que afecta la vida diaria en diferentes ámbitos, podemos estar ante que convenga ser tratado.