El Museo del Louvre en París, uno de los más visitados del mundo, ha anunciado un cambio trascendental en la presentación de su obra más famosa: la Mona Lisa. El emblemático cuadro de Leonardo da Vinci será trasladado a un nuevo espacio de exposición en 2031, como parte de un ambicioso plan de renovación que transformará la experiencia del visitante en uno de los museos más emblemáticos de la humanidad.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, fue quien reveló la noticia durante un evento oficial en el propio Louvre, donde también presentó el proyecto “Nuevo Renacimiento”. Este plan de renovación, que incluye una serie de reformas estructurales y nuevas tarifas, promete mejorar tanto la accesibilidad como la sostenibilidad del museo, que en los últimos años ha sufrido graves problemas de hacinamiento.
Una obra y una sala saturadas
Con una media de 30.000 visitantes diarios, aproximadamente tres cuartas partes se dirigen a la sala de la Mona Lisa, un fenómeno de concentración masiva que ha dificultado la apreciación de la obra. El tiempo promedio que los visitantes tienen para observar el cuadro es de solo 50 segundos, lo que ha transformado la experiencia en una prueba de resistencia. La directora del Louvre, Laurence des Cars, había expresado previamente sus preocupaciones sobre la saturación del espacio y la imposibilidad de que el público pudiera entender la obra en esas condiciones.
El traslado de la Gioconda a un nuevo lugar permitirá que los visitantes la disfruten en un entorno más adecuado, al mismo tiempo que facilitará la exhibición de otras obras maestras que suelen quedar opacadas debido a la aglomeración en la Salle des Etats.
Una nueva entrada y nuevos espacios de exposición
El proyecto de renovación también incluye una remodelación de la fachada oriental del museo, un área actualmente poco concurrida, pero con gran potencial para mejorar la accesibilidad. Se construirá una nueva entrada que dará acceso directo a espacios de exposición subterráneos bajo el Cour Carré, los cuales se conectarán con las áreas debajo de la famosa pirámide de cristal. Este rediseño busca aliviar la presión sobre la entrada principal, que desde su inauguración en 1989 ha sido el único punto de acceso para millones de turistas.
Además, el plan incluye la creación de una zona verde en la explanada del museo, con árboles y áreas de descanso que buscan integrar mejor el Louvre con la ciudad de París y “devolverlo a los parisinos”, según comentó Macron durante el anuncio.
Infraestructura y modernización
Las obras de renovación no solo se limitarán a la parte exterior del museo. En los próximos años, se llevarán a cabo importantes mejoras en la infraestructura interna, como la creación de nuevos baños, restaurantes y zonas de descanso para los visitantes. Todo ello con un objetivo claro: hacer del Louvre un museo más cómodo y accesible para el creciente número de turistas que recibe anualmente.
El costo total del proyecto se estima en varios cientos de millones de euros, pero Macron aseguró que no recaerá sobre los contribuyentes franceses. El financiamiento provendrá de la venta de entradas, donaciones y el acuerdo de patrocinio con el Louvre Abu Dhabi.
Un legado presidencial
Esta renovación forma parte de una serie de esfuerzos de Macron para dejar una huella en la historia de Francia. Con la reciente pérdida de su mayoría parlamentaria, el presidente busca un proyecto que refuerce su legado, similar a su liderazgo durante la reconstrucción de la catedral de Notre-Dame tras el devastador incendio de 2019.
La Mona Lisa, que lleva más de 200 años cautivando al mundo desde su exposición en el Louvre, se prepara para una nueva era, con la promesa de una experiencia más enriquecedora y menos agobiante para los millones de personas que la visitan cada año.