Créenos, ella es más sucia de lo que parece (te lo confirma y asegura nuestra colaboradora de sexo).
Lo primero que tenemos que aclarar: las denominamos “guarradas” como mero recurso periodístico pero no es que a nosotros nos parezcan una guarrería, nada en el sexo es sucio si las personas que se meten en la cama (sean dos, tres o cuatro) están todas de acuerdo y las prácticas están consensuadas. Dicho lo cual, a tu chica le encantará que le hagas estas cosas en la cama, siempre, claro está, en una relación en la que haya confianza (quizás no sea recomendable la primera noche).
Toma nota y a practicar:
NOTA RELACIONADA: 6 razones por las que deberías ir a un club swinger
Recuerda que la clave está en la comunicación, no querrás que ella se sienta incómoda.
1. Que incorpores juguetes eróticos al sexo. Sí, quizás te generen algo de rechazo al principio o incluso temor (por aquello de a ver si le va a gustar más el orgasmo con el vibrador que contigo), pero no temas, los juguetes hot son fantásticos. Esposas para atarla o ser atado, antifaces, plumeros, vibradores, bolas anales… Prueba a incorporarlos a la cama y verás que el sexo será más divertido y a ella le encantará.
Sí, al más puro estilo “50 Sombras de Grey”
2. Que digas guarradas o incluso, algún insulto. A ver, aclaremos conceptos desde el principio: no se trata de que, de buenas a primeras le digas “¡me cago en la concha de tu madre!”. No, no se trata de eso. Pero sí, con el sexo cercano a sus momentos álgidos puedes probar un “me pones a cien, pequeña guarrilla” o “te voy a dar duro, zorra”, o “te voy a rociar con mi semen”. Y repetimos: la línea entre la agresión y estos juegos es muy frágil. Se trata de un juego basado en la confianza con tu pareja, solo pretende incrementar el deseo y que os echéis unas risas. No se trata de agredir sino de jugar.
3. Nalgadas. A mano o con una paleta de azotar. Sorpréndela diciendo que te has convertido en
el señor Grey por unos instantes y que le vas a dejar el culo rojo. Cógela sobre ti, estando ella boca abajo y azótala, primero muy dulcemente y ve incrementando la intensidad (aquí la que ordena es ella, si le duele, debes parar). O hazlo mientras la penetras estando ella a cuatro patas. E incluso, déjate tú azotar, pídeselo. Ponte en posición del perrito y haz de esclavo por un rato. Le encantará el juego.
NOTA RELACIONADA: ¿Qué son las nalgadas zen y cómo practicarlas?
SPANK!
4. Haz un striptease o ponte su ropa interior. El humor es un gran afrodisíaco, así que ¿por qué no pruebas a poner música y bailar para ella mientras te desvistes? O al contrario, una vez estéis en faena, tómate un respiro y prueba a ponerte su ropa interior mientras bailas de forma sexy. Se morirá de la risa y volverá a cogerte con más ganas.
5. Llévate comida a la cama. Y no decimos que te hagas un vaso de leche caliente con galletas y te lo tomes allí para luego echarte a dormir. No. Se trata de que incorpores algunos alimentos al encuentro sexual: fresas, nata, chocolate líquido, gominolas… Prueba a ponerlos en su cuerpo e ir comiéndolos o que ella te lo haga a ti. Ojo, que no todos los alimentos son aconsejables, por ejemplo, es mejor evitar los picantes.
6. Juega con los fluidos corporales. Entramos aquí en un terreno espinoso. Si bien Woody Allen decía que el mejor sexo es el sucio, no todo el mundo comparte esta opinión (al igual que
no a todos gusta su filmografía). Estamos hablando de jugar con saliva o con orina, por ejemplo. Al ser un tema espinoso y considerando que ella puede ser muy escrupulosa, esto es mejor consultarlo antes de regarla de orín, no vaya a ser que el sexo pase a ser un auténtico desastre. Así que pregunta primero y si te da luz verde, a jugar (eso sí, mejor pon un plástico debajo de la sábana para salvaguardar el colchón).
MÁS NOTAS DE MISS LULÚ:
