¿Por qué tantos pilotos de F1 viven en Mónaco? El secreto mejor guardado del paddock

¿Te mudarías tú también si fueras piloto? La vida en Mónaco no es para todos. Pero si vives a más de 300 km/h, puede que no exista otro lugar que encaje mejor contigo.

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GETTY IMAGES

Por años, Mónaco ha sido mucho más que una postal pintoresca o el escenario del Gran Premio más glamuroso del calendario de Fórmula 1. Detrás de sus yates relucientes y calles que serpentean sobre el Mediterráneo, este pequeño principado de apenas 2 km² se ha convertido en el hogar (y refugio) de casi la mitad de la parrilla de pilotos de F1. ¿Pero por qué? Más allá de los beneficios fiscales, hay un ecosistema completo que convierte a Mónaco en un paraíso hecho a medida para los reyes del volante.

Fitness de élite entre el mar y las colinas

No es casualidad que veas a Charles Leclerc o a George Russell pedaleando por la cornisa de la Riviera o trotando al amanecer con vistas al mar. Para los pilotos de F1, el estado físico es una parte esencial de su rendimiento, y Mónaco ofrece un entorno difícil de igualar: un microclima con más de 300 días de sol al año, colinas perfectas para entrenamientos de resistencia y gimnasios boutique donde pueden ejercitarse sin cruzarse con sus rivales de pista.

Incluso la recuperación tiene un aire de lujo: spas de alto nivel como Thermes Marins Monte-Carlo y sesiones de crioterapia se han vuelto parte de la rutina de muchos, incluido Leclerc. Aquí, el bienestar es una ciencia… y un estilo de vida.

Vida social al más puro estilo Montecarlo

Imagina salir a cenar un martes y cruzarte con Max Verstappen en Le Louis XV o ver a Lando Norris paseando en su Fiat 500 Jolly. En Mónaco, eso es perfectamente posible. Aunque la rivalidad sigue viva en el asfalto, muchos de los pilotos actuales mantienen relaciones cercanas fuera de la pista, y vivir a unos pocos bloques de distancia facilita las visitas espontáneas, las salidas en yate y las cenas en restaurantes con estrellas Michelin.

Además, las viviendas, aunque de precios astronómicos, ofrecen vistas panorámicas al puerto y están diseñadas para el confort absoluto. Entre el Mediterráneo, los dos puertos deportivos y una agenda social de primer nivel, el estilo de vida en Mónaco es tan veloz y lujoso como un monoplaza en plena recta.

Privacidad y seguridad: lo que no se compra en otro lado

Aunque parezca irónico, muchos pilotos encuentran en Mónaco algo que les cuesta encontrar en cualquier otro país: anonimato. Con leyes de privacidad estrictas —que requieren permiso gubernamental incluso para tomar fotografías profesionales— y una proporción de policías por habitante altísima, los residentes gozan de una tranquilidad poco común para celebridades de su nivel.

Aquí, un piloto puede pasear a su perro (como Leclerc con su cachorro Leo) o tomarse un café sin flashes ni acoso. En otras palabras: pueden vivir como personas normales… en un entorno absolutamente extraordinario.

Monaco-Ville cityscape on a sunny summer day, Monaco

Alexander Spatari/Getty Images

Logística perfecta para la vida nómada de la F1

Vivir en Mónaco es también una cuestión práctica. El aeropuerto de Niza, con su terminal de jets privados, está a solo 24 km, o siete minutos en helicóptero. Para quienes pasan la mitad del año volando entre continentes, la cercanía y la conectividad son esenciales. Además, cuando llega el Gran Premio de Mónaco, los pilotos que viven allí tienen una ventaja extra: pueden dormir en casa.

Como dijo Nico Hülkenberg sobre esta experiencia: “Es un cambio agradable a la rutina. Volver a casa entre sesiones tranquiliza”.

Clima de ensueño, todo el año

Entre los múltiples “setup” perfectos de este circuito urbano está su clima. Invierno suave (raramente por debajo de los 10°C), veranos soleados y una temperatura promedio de 30°C, hacen que cada día sea ideal para entrenar, relajarse o conducir uno de esos supercoches que adornan los garajes locales. Verstappen, por ejemplo, posee un Aston Martin Valkyrie que encuentra en las rutas de montaña monegascas un auténtico paraíso.

El verdadero bonus: paraíso fiscal

Ahora sí, la parte que todos esperaban. Mónaco no cobra impuesto sobre la renta, ni sobre el patrimonio, ni sobre plusvalías. Claro, no es tan sencillo: hay que demostrar residencia efectiva (mínimo seis meses y un día al año) y disponer de al menos medio millón de libras líquidas para empezar a hablar de propiedad.

Pero con contratos multimillonarios y carreras cortas e impredecibles, como reconoció el propio Lando Norris, mudarse a Mónaco tiene lógica. “Es algo que muchos pilotos hacen. Viste lo rápido que todo puede cambiar en la F1”.

Mónaco: más que un GP, una meta de vida

Desde los días de Ayrton Senna y Alain Prost hasta el presente con Leclerc y Verstappen, Mónaco ha sido un eje gravitacional para la élite de la F1. No solo por los impuestos, sino por el equilibrio único entre privacidad, lujo, entrenamiento y conectividad global.

Al final, Mónaco no es solo un lugar para vivir: es una extensión del estilo de vida de la F1. Rápido. Exclusivo. Eficiente. Y con una vista insuperable del mar.

¿Te mudarías tú también si fueras piloto? La vida en Mónaco no es para todos. Pero si vives a más de 300 km/h, puede que no exista otro lugar que encaje mejor contigo.

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