¿Cómo sería el mundo si los humanos desaparecieran?

Las implicaciones de un mundo sin humanos tendría partes buenas y otras… no tanto.

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¿Cómo sería el mundo si los humanos desaparecieran? ¿Qué pasaría en las ciudades si la actividad humana cesara? Un mundo sin la presencia de la raza dominante se antoja difícil, sin embargo, el fin del mundo algún día llegará. Antes de ese evento, que la ciencia se ha encargado de explicar cómo será, imaginemos cómo se comportaría el mundo sin la actividad del hombre, el encargado de crear y destruir todo lo que vemos a nuestro alrededor.

Habría mucho silencio y animales por doquier

Sin coches, aviones, música, o conversaciones estruendosas en lugares públicos, el mundo sería un sitio silencioso. Esa tranquilidad sería rota sólo por los ruidos de la naturaleza: la lluvia, el viento, las aves. Aproximadamente después de un año sin humanos, el cielo sería más azul, pues dejaría de haber contaminación. El viento y la lluvia limpiarían la superficie de la Tierra. Los océanos dejarían de recibir basura.

Ante la nula presencia de los humanos, que han obligado a que muchos animales busquen refugio lejos de su hábitat, los animales tomarían, poco a poco, las calles. Ratones, marmotas, mapaches, zorros, conejos, saldrían de sus escondites para dejarse ver por las calles. Después tocaría el turno de los más grandes: ciervos, coyotes, osos, a quienes se les vería deambulando por las calles en completa libertad.

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Inundaciones, explosiones y oscuridad

Enormes ciudades como Londres y Nueva York se inundarían en épocas de lluvias a las pocas horas de la desaparición humana. Esto a causa de que no habría quien haga funcionar las bombas que desvían las aguas pluviales y subterráneas.

Sin la presencia de los seres humanos, habría fallos en las refinerías de petróleo y las centrales nucleares. Seguramente habría incendios masivos, explosiones nucleares y el riesgo de una lluvia radiactiva.

La luz eléctrica no sería encendida por la mano del hombre, por lo tanto, las ciudades y los pueblos se sumirían en la oscuridad; aunque esto ya no sería importante para nadie, ya que los animales no requieren de la luz artificial para hacer sus actividades. La única luz sería la del Sol, la Luna y las estrellas.

Por otro lado, los incendios serían frecuentes. Imagina que un rayo cae sobre un árbol o un campo y prende fuego a la maleza, después alcanzaría las casas y los edificios. Sin bomberos para intervenir, los incendios seguirían hasta que se extinguieran por sí solos. El fuego sería una catástrofe para cientos o miles de animales.

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Plantas por todos lados

Después de un año sin presencia humana, el pavimento de las carreteras, autopistas, puentes y edificios poco a poco se llenaría de vegetación. Una década más tarde, aparecerían grietas por las cuales asomarán pequeñas plantas. Esto ocurre porque la Tierra está en constante movimiento.

Las grietas serían tan grandes con el paso de los años, que incuso asomarían árboles a través de ellas. Llegaría un momento en que el pavimento quedaría oculto por la densa vegetación, que reclamaría lo que le pertenece.

Algo muy similar ocurriría con los edificios y las casas, los cuales comenzarían a ser invadidos por la maleza y las plantas. El mundo sería un paraíso verde, y la presencia humana poco a poco iría quedando sepultada.

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Muchas construcciones colapsarían

Lo hecho por la mano del hombre perecería sin remedio ante la falta de mantenimiento. Por ejemplo, muchos puentes se oxidarían, así como las vigas y los pernos que los sujetan. Esto provocaría que muchos de ellos se derrumbaran.

A causa del clima, las condiciones medioambientales y los terremotos, muchos monumentos y edificios sobrevivirían décadas, pero otros estarían condenados a la destrucción al no haber manos para darles mantenimiento. Las modernas estructuras de cristal y metal, que se harían añicos y se oxidarían.

Como puedes ver, la naturaleza florecería ante la limpieza del ambiente y la ausencia de basura, pero también se correría el riesgo de que hubiera destrucciones, sobre todo a causa de lo que el hombre alguna vez construyó.