Se cumple medio siglo de la inauguración de México 68 en donde recordamos hechos que marcaron la justa olímpica.
«No queremos Olimpiadas, queremos revolución», era uno de los lemas que se gritaban en las múltiples protestas estudiantiles que se realizaban en México en el año 1968, antes del ya recordado 2 de octubre. El movimiento se manifestaba por muchas cosas, pero es imposible desligarlo de los Juegos Olímpicos.
En el ámbito deportivo, Felipe Muñoz dio la sorpresa tras ganar la presea dorada de los 200 metros pecho; mientas que Bob Beamon voló casi nueve metros en el salto de longitud, Por eso y más, a 50 años de México 68, presentamos momentos que marcaron la justa mexicana.
Movimiento estudiantil de 1968 y 2 de octubre
Tlatelolco el 2 de octubre. Las muertes ocurridas en la Plaza de las tres culturas propiciaron un ambiente más tenso para la inauguración de la competencia. No habría manera de desligar los dos eventos, los jóvenes que no querían olimpiadas o en su defecto, entre otras cosas, esperaban usar los Juegos para demostrar la represión al mundo, perdieron la vida. Eran momentos en los que los movimientos estudiantiles no eran exclusivos de México, en algunos otros lugares, como en Alemania, también pasaban; sin embargo, lo sucedido en 2 de octubre le dio otra dimensión al movimiento del país.
La mañana del 3 de octubre, a pocas horas de lo ocurrido en Tlatelolco, Díaz Ordaz abanderó a la delegación mexicana que participaría en los Juegos Olímpicos. Varios medios aseguraron que algunos atletas se enteraron de lo acontecido. «Si están matando estudiantes para que haya Olimpiadas es mejor que no haya Olimpiadas, ya que ninguna Olimpiada vale la vida de un estudiante», detalló un deportista italiano, según Elena Poniatowska

Primeros Juegos en América Latina
Desde su creación en 1896, los Juegos Olímpicos modernos siempre se habían celebrado en Europa, Estados Unidos, Australia o Japón hasta 1968. Hace 50 años, ahora la Ciudad de México, la logística no fue problema, la tecnología mucho menos y, pese a la altura de la Ciudad, en la competencia rompieron varios récords.
En un momento histórico en el que América Latina estaba inmersa en dictaduras, México, una ‘democracia’, opacó el brillo de sus propios juegos con el rojo resplandor de un derramiento de sangre, cuyas causas y motivos no son objetos de este texto, pero es un hecho: sucedió. De igual forma, a nivel organizacional México se mostró capaz de realizar eventos de tal magnitud y dos años más tarde celebró el Mundial de futbol, mismo del que volvería a ser sede en 1986.

La primera mujer en encender el fuego olímpico
Dentro de todo el marco de los conceptos tan opuestos y a la vez íntimos entre sí como la represión y la protesta, hubo un hito, por decirle de alguna manera ‘progresiva’. Enriqueta Basillo se convirtió en la primera mujer en prender el pebetero olímpico y fue la única hasta Sydney 2000 cuando Cathy Freeman hizo lo propio. «Encendí el corazón de las mujeres, la lucha por la justicia, por la equidad; la lucha por la igualdad», dijo la corredora en el 2016 en entrevista para la BBC.
Black Power Salute
Los 60’s eran tiempos de protesta, los grupos históricamente oprimidos intentaban levantase en varias partes del mundo. La comunidad afroamericana, hasta entonces discriminada casi por sistema, recién había perdido a uno de sus principales activistas: Marthin Luther King, quien fue asesinado en abril de 1968.
Tras la carrera de 200 metros planos, Tommie Smith y John Carlos, medallistas de oro y bronce respectivamente, alzaron su puño cubierto con un guante negro durante el himno estadounidense, en señal de protesta. El saludo se volvió icónico y en la conferencia de prensa posterior a la carrera, Smith aseguró que la comunidad negra lo comprendería.
«Si gano soy estadounidense, no un negro estadounidense; pero si hago algo mal entonces dirán que soy un ‘nigger’. Somos negros y estamos orgullosos de ello», declaró.
Se registró el primer caso de doping positivo
La muerte de un ciclista dopado en Roma 1960 llevó al COI a instaurar políticas para evitar el consumo de sustancias prohibidas. Las leyes se aprobaron en 1967 y en México 68 se presentó el primer caso de un competidor dopado. Se trató del pentatleta sueco Hans-Gunnar Liljenwall, quien dio positivo por ethanol, o sea estaba borracho. Algunos reportes indican que el escandinavo declaró que «sólo había tomado dos cervezas para calmar los nervios»; sin embargo, las pruebas arrojaron que el nórdico tenía más del 0.4 por ciento del límite permitido de alcohol en la sangre.
Bob Beamon voló por todo lo alto
En el ámbito estrictamente deportivo, una de las cosas que más se recuerdan de México 1968 es el espectacular salto de Bob Beamon. El estadounidense se llevó el Oro en el salto de longitud luego de ‘volar’ 8.90 metros, imponiendo así un récord que estuvo vigente por casi 23 años. En aquel entonces, Beamon llegó tan lejos que tuvo que esperar unos minutos para que le notificaran cuánto había saltado. Al enterarse el atleta quedó en shock y se quebrantó de felicidad.
James Hines rompió la barrera de los 10 segundos
En la actualidad y después de haber visto a corredores como Carl Lewis y Usain Bolt, lo de Hines no suena tan espectacular; sin embargo, en aquel momento fue histórico. El estadounidense ganó la Final de los 100 metros planos con un tiempo de 9:95, bajando así de 10 segundos por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos de la modernidad.
Los mejores juegos para México en la historia
La medalla del Tibio fue una de las tres preseas doradas que consiguió México en aquellos Juegos Olímpicos. Las otras dos vinieron en el boxeo y fueron obra de Ricardo Delgado y Antonio Roldán. Además, la delegación mexicana obtuvo tres platas y tres bronces; coronando así la que hasta ahora es la mejor actuación mexicana en JJJO con tres oros y nueve medallas totales.
Fueron transmitidos por televisión a todo el mundo
Televisoras de diversas partes del planeta se interesaron en comprar los derechos del evento. México 1968 fue la primera edición de los Juegos Olímpicos que se puede considerar contó con una transmisión a nivel mundial. Se estima que la competencia llegó a 600 millones de espectadores en todo el planeta, con una transmisión de 938 horas a color.