Te contamos cómo tener una pieza irremplazable de la historia automovilística en tu garaje.
Es seguramente uno de los utilitarios más queridos y, en muchas ocasiones, adorados del mundo. El Mini es ya parte de la historia de Gran Bretaña, pero es también parte de la historia de la vida de muchos europeos desde hace más de medio siglo. Sin ir más lejos, fue el coche familiar de quien escribe estas líneas durante muchos años, allí íbamos mi madre, mi hermano, yo y, por supuesto, mi padre, que instauró una tradición: cada vez que aparcaba, justo después de tirar del freno de mano, decía: “El Mini…”, y los tres respondíamos al unísono: “El más grande”. Rigurosamente cierto y así, en cada aparcamiento, durante años, con mi hermano y yo ya bastante crecidos (él ya se afeitaba creo recordar). En resumen, el Mini no es sólo un coche, es algo más.

Pues bien, lo fanáticos del modelo tienen ahora la oportunidad de hacerse con el primer coche de la historia de Mini, que acaba de salir a subasta. Se trata de un Austin Mini 850, también conocido como Austin Seven, el modelo pionero que la marca puso en circulación en 1959 y del que sólo se fabricaron 10.000 unidades. Por una de ellas, que está en perfecto estado de conservación y es utilizable al 100%, se puede pujar en el portal de subastas online Catawi hasta el próximo 15 de octubre a las 13horas.
Se trata de un modelo de color rojo ‘tartan red’ que conserva el motor y la caja de cambios originales, una pieza única en el mercado que se conserva prácticamente igual que cuando fue fabricada hace 58 años. Se estima que en la subasta podría alcanzar los 536.335 pesos aproximadamente, cifra que no nos parece demasiado desproporcionada porque, el Mini… ¡el más grande!
Crédito de foto: cortesía Catawi.