La psicología de este perfil es mucha más complicada de lo crees…
Es posiblemente el delito que más huellas psicológicas deja en las víctimas. Una violación atenta contra la integridad y voluntad humana, factores que parecen no ser muy relevantes para quienes efectúan dicho acto. ¿Qué pasa por la cabeza de un violador antes de cometer dicho delito? No estamos seguros de esto, pero ahora un par de estudios han aclarado cómo piensa este tipo de agresor (te sorprenderás).
Según expertos, la negación y autoconvencimiento son comportamientos generalizados en este tipo de delincuentes que, tras cometer el ilícito, intentan hacerse a la idea de que lo ocurrido no tuvo más importancia, que no era su intención o peor, que ella también buscaba tener sexo. Así, el Dr. Svend Aage Madsen, vicepresidente del Foro Europeo de Salud Masculina, afirma: “Si te fijas en los procesos judiciales verás que hay muy pocos ejemplos de agresores sexuales que admitan su delito. En lugar de ello, la frase que se les oye decir constantemente es ‘Yo creía que ella también quería’”.
(La negación y el autoconvencimiento, factores posteriores al delito)
Intentar racionalizar lo ocurrido se convierte en la tarea del violador que busca la justificación a toda costa.
Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de South Florida, que esta negación se encuentre presente dificulta en exceso que dichos delincuentes puedan recomponerse, ya que se convencen a sí mismos e intentan hacer lo mismo con sus víctimas.
¿Solución? Según Madsen, el violador ha de tener un contacto personal posterior con la víctima -que se producen en clínicas especializadas como es la de Víctimas de Agresiones Sexuales del Rigshospitalet-, en donde resulta llamativo que sólo de esta forma parecen entrar en razón y tener conciencia de lo que sucedió. El factor que los empuja a ser realistas no es otro que la propia culpa.
(Un cara a cara entre víctima y violador parece ser más fructífero de lo que se piensa)
Asimismo, la Dra. Marie Bruvik Heinskou, profesora adjunta de sociología en la Universidad de Copenhague, señala a la vergüenza como la responsable de que se cree esta negación posterior.
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