Y bueno, parece que sí tiene una utilidad real.
Ha sido el lastre que ha arrastrado la anatomía del ser humano durante décadas, ¿realmente servía para algo el apéndice humano? Sólo parecía reportarnos dolor e incomodidades que derivaban en una sencilla pero necesaria operación.
Pero ojo, un grupo de científicos del Centro Médico de la Universidad Duke en Carolina del Norte le descubrieron una utilidad: sirve como refugio para que las baterías útiles (vamos, las buenas) se alojen justo ahí, así pueden utilizarse para reiniciar el intestino de forma efectiva después de un ataque de disentería o cólera.
(No, esto no tiene cabida)
Digamos que entonces ayuda a que nuestro organismo no se purgue de las bacterias necesarias en los momentos más incómodos. Ahora sabes que el apéndice es como una especie de ‘búnker’ para un organismo que, de nuevo, demuestra ser más inteligente que lo que pensábamos. Eso sí, si esta zona corporal te molesta o duele, no dudes en deshacerte de él, tu cuerpo tendrá siempre un plan B.
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