Cura de 85 años lo deja todo para trabajar en el porno, luego de que se diera cuenta que era gay y lo había estado ocultando
Un Cura de 85 años lo deja todo para trabajar en el porno, y hoy revela que tiene mucha más energía de la que tenía a los 45 años.
«Mi yo de 85 años es mucho más vital que mi yo de 45 años. Es como si mi energía erótica se hubiera apoderado de mí y me habitara», reveló en entrevista.
De nombre Norman Self, este anciano que entregó toda su vida a la fe protestante para más tarde descubrir su verdadera pasión: el sexo, se dice feliz de su decisión.
Un personaje sin duda peculiar que se ha hecho recientemente famoso a raíz de un reportaje televisivo estadounidense en el que habla de su carrera.
CURA DE 85 AÑOS LO DEJA TODO PARA TRABAJAR EN EL PORNO
En la entrevista que le hicieron, el ex sacerdote de Carolina del Norte reveló que en 1997 se dio cuenta que su deseo sexual no era heterosexual, y comenzó a hacerse preguntas que cambiarían su vida.
«Corría el año 1997 y era el sacerdote del campus. De pronto, apareció una multitud de hombres homosexuales manifestándose por sus derechos. Me acerqué a ellos y les pregunté cómo llevaban el hecho de que les gustasen las personas del mismo sexo en una ciudad tan reaccionaria. Entonces, desde ese día, reconocí que era gay», narra, en una entrevista en The Sun.
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En ese momento, el religioso decidió dejarlo todo y mudarse con un hombre al que adoraba, y no pasó mucho tiempo cuando decidió, junto a un amigo, incursionar en el porno.
SUPERÓ SU MIEDO AL RECONOCER SU SEXUALIDAD Y SU GRAN AFICIÓN AL SEXO.
«Pensé en todas las personas que podrían sentirse ofendidas y si tomarían medidas contra mí, pero acabé aceptando que eso no estaba en mi mano y que yo no tenía culpa de nada», expresa.
El antiguo sacerdote ha querido lanzar un mensaje a todas aquellas personas que, como él, ya son mayores y no disfrutan tanto de su vida sexual: «Si vivo otros diez años más, mucho mejor. Las personas tan mayores como yo deberían tener una mente más abierta en estos temas y liberarse mucho más».
¡Nunca es tarde!